Por Alberto "Tito" Rondón, periodista y narrador nicaraguense, miembro del SABR
El jueves 22 de noviembre de 1973 empecé a conocer al Carlos García internacional. Era la inauguración del Primer Mundial de la FEMBA, hoy reconocido como la XXII Copa Mundial.
Con el estadio de Managua inutilizado, Carlos, para quien si mientras más grande era el problema, más espectacular era la solución, usó múltiples sedes: León, Granada, Masaya, Chinandega, Tegucigalpa en Honduras y San José de Costa Rica. La ceremonia inaugural fue realizada en Granada, corazón del cisma beisbolero, firmemente del lado de la Liga Esperanza y Reconstrucción, me imagino que por razones logísticas y porque Carlos quiso establecer algún puente de comunicación.
Uno de los discursos sería de William "Dutch" Fehring, presidente de la federación de Estados Unidos, ex Grandes Ligas de un solo turno al bate y para entonces ferviente "amateurista". Carlos me pidió que tradujera, y además me encomendó una misión imposible: "decile que no me mencione, dale una leve explicación. Al menos hacé que esa mención sea muy breve".
Por supuesto, Dutch no me hizo caso. Al oir el nombre de Carlos, una cascada de estruendosos abucheos descendió sobre el estadio, y los ojos de Fehring se humedecieron. "No comprendo. No se por qué ellos no comprenden a Carlos, a la clase de dirigente que es. No comprendo", repetía.
Una de las características de Carlos (foto con el ejecutivbo de MLB McPhail) era ser fiel y de palabra fuera de Nicaragua (con la posible excepción de la consecución del Mundial de 1972). En Nicaragua pensaba que pegar primero era vital contra quienes le adversaban… sólo que iba dos pasos más adelante.
Además era persistente, nunca se daba por vencido. No sé cuando empezó su vocación olímpica, pero para 1958 ya habia fundado varias federaciones con el objetivo de crear el Comité Olímpico Nicaraguense, y en 1959 nos llevó a los Juegos Panamericanos de Chicago.
Allí logró hablar con el presidente del Comité Olímpico Internacional, Avery Brudage, y Carlos quedó marcado para toda la vida: su visión sería el béisbol en los Juegos Olímpicos. Pasaría meses y años escribiéndose con aquellos miembros del Ejecutivo del COI que había logrado conocer y medio convencer, como el húngaro Arpad Czanady o la francesa Monique Berlioux.
"No queremos deportes de equipo", le decían a Carlos. Hasta que su gran enemigo, el profesionalismo, le dio una mano. El nuevo presidente Juan Antonio Samaranch fue obligado (con la amenaza de los "World Games") a declarar "open" los Juegos Olímpicos, con lo que se disparó la danza de millones procedentes de la televisión.
Pero las Grandes Ligas no estaban interesadas. Carlos logró lo imposible (con ayuda de otros cuando fue encarcelado), hacer del beis un deporte olímpico. Pero al perder tiempo y comando del beis internacional tras las rejas no pudo enfrentar a Bud Selig, el Comisionado más exitoso financieramente hablando pero no un apóstol de la pelota.
* * *
Carlos aprendía de sus errores, por lo menos de los más grandes. Habiendo informado de la futura victoria del Frente con meses de anticipación, ayudó en su victoria como única forma de moderar a sus líderes. Cuando ésos escogieron seguir su línea ideológica antes que ser pragmáticos, Carlos los enfrentó (aunque tal vez no tenía más remedio, ya que el béisbol iba a salir de sus manos pasara lo que pasara). Por supuesto lo detuvieron y encarcelaron tras un juicio que de no haber sido trágico hubiera sido risible, Para colmo, lo llevaron a Masaya a un partido entre Taiwán y Nicaragua; la gran ovación que recibió seguramente fue aliciente para no dejarlo salir.
Pero unos años más tarde Carlos estrechó relaciones con sus antiguos enemigos y de ahí en adelante sólo sumó políticos y no restó.
Lo mismo pasó con el béisbol. La liga de Carlos, o de la FENIBA, fundada en 1970, en tres temporadas se había convertido en un gran éxito y era tiempo de expandirla. El campeón indiscutible de la Mayor A (y vencedor en exhibición de la Selección Nacional), Estelí, fue ascendido lo mismo que la UCA, campeón de la fuerte Liga de Oficinistas.
El sacerdote jesuita Juan Bautista Arríen era el rector de la Universidad Centroamericana, y naturalmente se interesó en todos los detalles de aquello en que se estaban involucrandro, incluyendo las finanzas. Y según el reglamento de la Liga de Primera División, la federación (FENIBA) manejaba todo el dinero, y el presidente de la liga y de la federación eran la misma persona.
Cuando se le señaló que no era lógico que los equipos generaran las entradas para que otra institución las manejara, Carlos se atuvo al reglamento. Y el beis se partió en dos, al crearse la Liga Esperanza y Reconstrucción. De 1973 a 1977 inclusive hubo dos ligas en Nicaragua, hasta que vino la paz en 1978.
Cuando Carlos se hace cargo de FENIBA en 1990, trata de apoderarse del control financiero de la Primera División, Miguel Castillo del Bóer y otros patrocinadores se opucieron, y esta vez Carlos, sabiamente, cedió.
* * *
Solamente una vez vi a Carlos flaquear en su apoyo a la pelota nica de aficionados; fue cuando en la división del béisbol los más fuertes equipos se rebelaron, incluyendo al Flor de Caña, Bóer, 5 Estrellas, Granada, Carazo y Chinandega. León se coronó con Tony Chévez y se pasó en 1974 a la ESPERE…
En los días más negros y aciagos Carlos me confió su plan secreto. "Si no consigo a los mejores jugadores, fundaré una liga profesional de verano afiliada a las Grandes Ligas, y firmaré a todos los mejores, los dejaré sin jugadores". Se adelantó 15 años a la Dominicana de Verano…
Pero se jugó un campeonato centroamericano en Guatemala, y el viejo zorro lanzó una proclama "patriótica" pidiendo le prestaran por una semana o así a algunas estrellas para representar "dignamente" a Nicaragua.
Nadie hizo caso, excepto el Carazo. En un arranque de soberbia (tan típico de nuestro beis), la ESPERE expulsó al Carazo de su liga, con lo que dos de las máximas estrellas, Pedro Selva y Vicente López, regresaron al regazo de Carlos García, además de varios muy buenos como Guillermo McLean, Denis Laguna y muchos otros, que le dieron el necesario respiro para sobrevivir.
En 1978, la ESPERE abandonó y el beis fue uno solo una vez más.
Pwero no lo considero uno de los más grandes momentos de Carlos.
Ellos son, en orden, cuando crea en 1970 la Primera División con la presencia de Joe DiMaggio y Bob Feller, y sobre todo, resucitando los nombres tradicionales como León, Bóer, 5 Estrellas, San Fernando, Flor de Caña (aunque los masayas usaban su nombre tradicional desde 1969). En esta época organizó el Mundial de 1972, dejando cinco estadios iluminados y mejorando el beis amateur con Tony Castaño como entrenador, a tal punto que llegaron a Grandes Ligas Denis Martínez y cuatro nicas más.
Por supuesto, un logro que cambió al beisbol en el mundo fue hacerlo deporte olímpico; la ayuda del Comité Olímpico Internacional apoyó el desarrollo del beis en docenas de países.
Por supuesto, la época moderna an sus huracanados cambios arrastró también a la pelota nica. La respuesta de Carlos fue tratar de que se adoptara al beisbol "abierto" para los juegos, pero que las demás competencias fueran de aficionados, y no le hicieron caso.
Entonces permitió importados y profesionales en nuestra pelota, y vimos a Marvin Benard y Vicente Padilla y Oswaldo Mairena jugar aquí, y subir la calidad a tal forma que fue permitió la fundación de la segunda época de la Liga Profesional. Así que cuando veo a Wilton López lanzando con el Bóer, se que Carlos tiene gran parte del mérito.
Y cuando veo que Pakistán le ganó a Mongolia hace un par de meses, ahí también veo la mano de Carlos García.
En realidad, además de Nicaragua, Carlos pertenece al Mundo…
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