ORLANDO -- Con las contrataciones de Hanley Ramírez y Pablo Sandoval, los Medias Rojas de Boston se han convertido en el actual centro de atención de las Grandes Ligas y el ruido de sus acciones retumba amplificado a lo largo de los 109 kilómetros del Bronx, la casa de los Yankees en Nueva York.
Para el fanático promedio de los Yankees lo único más patético que una aparente inacción de su equipo en el mercado invernal es un exceso de movimiento de los Medias Rojas, un rival divisional y el enemigo histórico de los rayados. Resulta que en las primeras semanas de la pausa del béisbol, los afligidos --término relativo que usan en Nueva York cuando los Yankees no lo ganan todo-- han tenido mucho de ambas cosas.
Mientras los Medias Rojas se dan el lujo de contratar en un mismo día a dos de los mejores bateadores que estaban disponibles en el mercado, mantienen su cerco alrededor del zurdo Jon Lester y crean las condiciones para cambiar uno o varios jugadores de posición por otro pitcher estelar, los Yankees no han resuelto ni una sola de sus necesidades más urgentes para la próxima temporada.
Con el olor a pavo del Día de Acción de Gracias en el ambiente, Nueva York, que ya tiene comprometidos cerca de $180 millones de dólares en 11 peloteros para el 2015, aún no sabe quién sustituirá al retirado torpedero Derek Jeter y al cerrador David Robertson, que se declaró agente libre para buscar un pacto cercano a los $50 millones, o quién jugará en la tercera base.
Es más, ahora mismo, los Yankees no saben si Alex Rodríguez regresará listo para jugar todos los días y si regresa dónde jugará. Por las declaraciones del gerente general Brian Cashman la tercera base está casi descartada para el triple Jugador Más Valioso que se perdió la temporada pasada, cumpliendo una sanción por violar la política antidopaje de las ligas mayores.
Y por una razón lógica de mercado, las firmas de Ramírez y Sandoval con Boston, y la extensión de $100 millones de dólares de Kyle Seager con Seattle, no ayudarán mucho a Nueva York a firmar barato a Chase Headley, ahora mismo el mejor antesalista genuino que queda en la agencia libre.
Headley, un Todos Estrellas y candidato al Jugador Más Valioso de la Liga Nacional en el 2012, descendió notablemente en las dos temporadas anteriores, pero los casi $300 millones de dólares comprometidos en Ramírez, Sandoval y Seager, aumentan notablemente su valor en un mercado seco de talento ofensivo y ahora casi nulo en defensores naturales de la esquina caliente.
El dominicano Dellin Betances, quien compitió el premio Novato del Año como relevista intermedio, podría ser probado como cerrador, pero de todos modos habrá un gran hueco en la parte final de los encuentros. Firmar a un veterano como Francisco Rodríguez o Sergio Romo a corto plazo, tendría más sentido que forzar a Betances a un rol tan complicado tan pronto en su carrera.
Nueva York tiene en su roster a los lanzadores abridores Masahiro Tanaka, Michael Pineda,CC Sabathia e Iván Nova, pero Nova no estará listo para lanzar hasta mediado del 2015, la rodilla derecha de Sabathia seguirá siendo una duda hasta el final de sus días como pitcher y Tanaka casi fue a la mesa de operación después de tres meses lanzando en Estados Unidos.
Pineda fue grandioso cuando estuvo en el box en el 2014, pero no se puede olvidar que el dominicano solamente ha lanzado 76 entradas en tres años con los Yankees.
Por su experiencia con contratos recientes (A-Rod, Sabathia, Mark Teixeira, etc) es poco probable que New York pague los casi $200 millones que está pidiendo el derecho Max Scherzer en la agencia libre e incluso que hagan una carrera por Lester y James Shields, pero la organización tampoco posee el tipo de talento que exigirán otros clubes, Filadelfia por Cole Hamels y Cincinnati por Johnny Cueto, por ejemplo, por pitcheo superior.
¿Comprar o no comprar? ese es el gran dilema "shakesperiano" de Cashman y los hermanos Steinbrenner.
Básicamente, todo el mundo sabe cuáles son las necesidades y los compromisos económicos que ya tienen los Yankees para los próximos años, pero el equipo del Bronx no fue creado sobre la base de lamentarse acerca de la crisis mundial o el enfriamiento global. Y para el colmo, cada movimiento que hace Boston, que amenaza con seguir moviendo jugadores, aumenta la presión en Nueva York para buscar las piezas que necesita un equipo contendor.
Aparentemente, gastar es la mejor, y posiblemente única opción, que tienen los Yankees para contrarrestar un poco el gran ruido provocado por sus grandes rivales.
Enrique Rojas
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