Hace tres cuartos de siglo comenzó la historia de Venezuela en las grandes ligas, con el estreno del lanzador caraqueño. Carrasquel fue la primera gran figura internacional de nuestro beisbol
"¿Qué voy a hacer yo solo en Estados Unidos, sin saber hablar inglés?".
Alejandro Carrasquel respondió con tan contundente pregunta la propuesta que Martín Dihigo le hizo en 1934, el día que el estelar cubano, miembro del Salón de la Fama de Cooperstown, le dijo al caraqueño que debía viajar al norte, para probar suerte en las grandes ligas.
El Patón demoró cinco años para aceptar la idea de intentar la aventura, pero finalmente en 1939, ante la insistencia de Joe Cambria, buscador de talento de los Nacionales de Washington, firmó el contrato que finalmente le convertiría en el primer venezolano en las mayores.
Este 23 de abril se cumplen 75 años de su primer juego en la gran carpa. Aquel día, al entrar como relevista y obligar al inmortal Joe DiMaggio, de los Yanquis, a rodar la pelota hacia sus manos, comenzó el luminoso recorrido de la expedición nacional en la gran carpa.
Su nombre, curiosamente, no aparece en los primeros boxscores publicados en los diarios de entonces. El dueño de los Senadores, su equipo durante casi toda su estadía de ocho campeonatos arriba, decidió presentarle oficialmente como "Alex Alexandria", un seudónimo americanizado y más pronunciable que el apellido real del tirador.
Poco tiempo después, y gracias a su éxito sobre la loma, el diestro recuperó su apellido verdadero y se hizo de una reputación en el beisbol mayor.
Carrasquel fue la primera gran figura internacional de la pelota nativa, en la que asomaban relumbrantes estrellas como Luis Aparicio padre, Vidal López y Jesús "Chucho" Ramos. Se despidió con 50 victorias, 258 juegos y 3.73 de efectividad.
Hoy, Miguel Cabrera es el reinante Jugador Más Valioso de la Liga Americana, Johan Santana y Félix Hernández han ganado el premio Cy Young, Luis Aparicio hijo y Oswaldo Guillén han recibido el Novato del Año, y más de 300 venezolanos han llegado a las grandes ligas desde aquel 23 de abril de 1939.
Deportivamente hablando, todos son hijos del Patón.
Tenía 26 años de edad, al momento de su estreno.
Javier González, Carlos Figueroa Ruiz y Carlos Alarico Gómez recogen un sinfín de anécdotas en su estupendo libro sobre el Patón, publicado en 2009. Una de ellas es esa que relata cómo el lanzador cambió de opinión y finalmente siguió el consejo de Dihigo.
"Me ofrecieron mil, dos mil, tres mil, cuatro mil dólares", le dijo el pitcher al periodista Álvaro Miranda, 25 años después de su estreno en las grandes ligas. "Era una bonificación atractiva. Pero yo no quería ir a Estados Unidos".
Cambria pudo doblarle el brazo a Carrasquel, finalmente. No quería quedarse sin firmar al mejor monticulista que dio Venezuela hasta la aparición de Luis Leal y Wilson Álvarez, ya en los años 80 y 90.
"Cuando me ofrecieron siete mil dólares, lo pensé mejor y acepté", apuntó el Patón.
Ese día comenzó el periplo que convirtió al caraqueño en el primer grandeliga del país. Han pasado exactamente tres cuartos de siglo.
IGNACIO SERRANOPublicado en el-nacional.com, el miércoles 23 de abril de 2014.
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