Fue el 19 de agosto, cuando los Dodgers visitaron a los Marlins en la Capital del Sol.
Primer turno: elevado que capturó en zona foul el también cubano Adeiny Hechavarría.
Segundo turno: rola inofensiva al campocorto también a manos de Hechavarría, que lo fusiló en la inicial.
Tercer turno: ponche con un rectazo en la zona alta que Puig atacó con desespero.
El margen entre ambos fue lo que en términos boxísticos hubiera equivalido a un nocaut.
Ahora, los dos se están enfrentando nuevamente, pero no sobre el terreno de juego, sino en la preferencia de los votantes de la Asociación de Escritores de Béisbol de América (BBWAA), para ver cuál de los dos se lleva el premio de Novato del Año de la Liga Nacional.
Aquí la lucha parece más cerrada y cada uno tiene los méritos suficientes para llevarse el galardón.
Si me preguntaran quién quisiera que fuera el elegido, diría que Fernández. Si me preguntarán quién creo que lo va a ganar, me inclinaría por Puig.
A favor de Fernández
Muy pronto el muchacho dejó en claro que estaba listo para el resto y más allá de eso, se convirtió de manera indiscutible en el líder de la rotación, al punto de merecer ser el único representante de los peces en el Juego de las Estrellas.
Sus números en 28 aperturas: 172.2 innings, 12 victorias, seis derrotas, 187 ponches, 0.98 de WHIP, .182 de average en su contra y efectividad de 2.19 son sencillamente extraordinarios, sobre todo si se tiene en cuenta que los consiguió con el peor equipo de toda la Liga Nacional.
Sus 2.19 de efectividad sólo fueron superados en todas las Grandes Ligas por Clayton Kershaw, en tanto fue uno de los únicos cuatro lanzadores de todo el béisbol que permitió menos de un hit o boleto por inning (WHIP de 0.98).
Fue asimismo el lanzador al que menos le conectaron los rivales (.182) y permitió apenas diez bambinazos. Sólo 17 serpentineros toleraron diez o menos cuadrangulares con 100 o más episodios de faena en el 2013.
En la segunda mitad de la campaña, nadie fue mejor que él: en diez salidas acumuló récord de 7-1 y en ninguna ocasión permitió más de cinco hits o dos carreras, ya limpias, ya sucias.
Sus cifras pudieron incluso ser mejores, pues en diez aperturas en las que aceptó apenas dos, una o ninguna carreras salió sin decisión, al no contar con el apoyo ofensivo de sus compañeros.
Fue tan bueno que su nombre no sólo se maneja para Novato del Año, sino que también aparece entre los nominados al Cy Young del viejo circuito.
En contra de Fernández
Los Marlins tomaron la decisión de limitar a alrededor de 170 entradas el trabajo de su novato estrella, por lo que su temporada terminó de manera anticipada, cuando quedaban aún tres semanas del calendario regular.
Esto puede influir de manera subjetiva entre los miembros de la BBWAA, que podrían haber de alguna manera olvidado a Fernández al momento de emitir sus votos.
Dice un refrán que el roce hace el cariño. Tres semanas de ausencia pueden ser un factor en la psiquis de los electores, pues en ese mismo lapso de tiempo, Yasiel Puig siguió aportando lo mejor de sí a la novena angelina.
A favor de Puig
De la noche a la mañana, Puig se convirtió en una celebridad que a diario acaparó titulares en cuanto programa deportivo hubo en la televisión estadounidense, prácticamente desde su llegada a la Gran Carpa en el mes de junio.
Más allá de sus números, el patrullero de 22 años fue, gústele o no a muchos, el hombre que rescató a los Dodgers de una campaña
miserable.
Cuando Puig llegó al equipo grande, nadie apostaba un centavo por Don Mattingly, cuyo empleo pendía de un hilo por el desempeño mediocre de un equipo construido para ganar y que se encontraba sumido en el fondo de la división del Oeste.
Su tórrido bateo, sus electrizantes corridos de bases y sus fusilamientos a corredores rivales con la potencia de su brazo desde las profundidades de los jardines desataron una fiebre en Los Angeles sólo comparable con la Fernandomanía de Valenzuela en 1981.
Puig convirtió a los Dodgers en un equipo, en una familia, insuflándole a sus compañeros el deseo de volver a jugar béisbol.
Hanley Ramírez, uno de los peloteros más talentosos de todas las Grandes Ligas, se acordó de jugar béisbol y dejó a un lado su apatía que ya se estaba haciendo crónica desde hacía unos años.
Puig sacó lo mejor de Hanley y de muchos más, que hasta el 3 de junio, parecían ir al parque por compromiso, por cobrar un cheque para regresar cabizbajos a casa. Olvídense de cifras. Puig fue lo que verdaderamente se llama valioso para su equipo, el MVPuig de Los Dodgers.
Ese estilo agresivo, tan inusual en la actualidad en las Mayores, enamoró a la crónica deportiva, que incluso le celebró hasta novatadas costosas que debe superar en la medida en que madure como pelotero y como persona.
El amor es ciego. Si los electores de la BBWAA se enamoraron de Puig votarán por él sin mirar al lado.
En contra de Puig
No es fácil, a los 22 años de edad, verse convertido en un abrir y cerrar de ojos no sólo en un millonario, sino también en una celebridad al estilo de Hollywood.
Evidentemente, Puig no estaba listo para este reto extradeportivo y su personalidad hosca para con los medios a veces resulta chocante.
"¿Tú no tienes televisión en tu casa?". Con esa pregunta en tono arrogante, que sonó como patada de mulo, le salió a un reportero en Miami cuando este quiso saber de su encuentro con Lebron James.
Y aunque hubo presentes que lo tomaron como una gracia, muchos salieron desilusionados de la nueva estrella ascendente en el firmamento beisbolero.
¿Cuál de los dos se llevará el premio? Lo sabremos este lunes 11 de noviembre, aunque de antemano, podría ser de esos casos en que cualquiera que sea el escogido lo tiene bien merecido.
Jorge Morejón
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