A partir de 2010 han debutado venezolanos que parecen tener un futuro brillante, mientras dicen adiós los integrantes de una notable generación
AVISAIL GARCIA
Esta semana se cumplió un año del retiro de Omar Vizquel. Con él, se ha ido marchado toda una generación brillante, peloteros que comenzaron a jugar poco después de su debut y que protagonizaron a su lado las pasadas dos décadas en las primeras páginas de los diarios en Venezuela.
Quedan algunos en acción: Bob Abreu, Ramón Hernández, Alex González, Kelvim Escobar y Ugueth Urbina tratan de reimpulsar sus carreras utilizando el torneo local; Freddy García se niega a decir adiós; Henry Blanco sigue poniendo out a los corredores contrarios y Rafael Betancourt espera regresar de una cirugía Tommy John en 2015, cuando tendrá 40 años de edad.
El resto se ha marchado. Edgardo Alfonzo, Melvin Mora, Richard Hidalgo, Magglio Ordóñez, Carlos Guillén y Miguel Cairo trabajan hoy como instructores o se dedican a otros asuntos. Los demás, les seguirán muy pronto. Es la ley de la vida.
Una nueva generación, encabezada por Miguel Cabrera y Félix Hernández, comanda hoy la expedición nacional, mientras el cambio de guardia, el relevo generacional, se prepara entre esos jóvenes que han debutado en los años recientes.
¿Qué porvenir le espera a la pelota venezolana detrás de ese nuevo grupo que insurge?
Los 14 jonrones que disparó Oswaldo Arcia marcaron el paso en 2013. Es una marca para peloteros nacidos en Venezuela en su primer año en las mayores.
Estuvo a sólo un cuadrangular del récord para novatos del patio, el registro que comparten dos compañeros de su generación, casualmente: Wilson Ramos y Jesús Montero.
Este último encontró un escollo esta campaña, al caer en un slump y terminar en las menores de los Marineros, aprendiendo la defensa de una nueva posición: la inicial. Pero todavía posee el potencial para ser una estrella, pues no cumple 24 años de edad.
Ramos, en cambio, floreció en esta zafra, al liberarse de las lesiones. En apenas 78 juegos superó su tope de bambinazos, con 16. Si hubiera tomado 450 turnos, habría dado 25, una cifra de élite para caretas, en caso de mantener ese ritmo.
Su manager en Venezuela, Buddy Bailey, alguna vez alabó su poder, poniéndolo únicamente detrás de Cabrera entre todos los peloteros que ha dirigido aquí.
Salvador Pérez, que ya es uno de los catchers defensivos más reputados de las grandes ligas, comparte con ellos la edad y el potencial.
Héctor Sánchez y José Altuve también debutaron después de 2010, y Altuve, en particular, ya se convirtió en la base sobre la cual los Astros construyen su nueva escuadra.
Entre todos, asoma también Avisail García. Algunos recordaron a Magglio cuando García fue cambiado a los Medias Blancas, porque el US Cellular Field es un escenario ideal para batear. Con su nuevo uniforme, el guardabosques dejó una línea de .304/.327/.447 a los 22 años de nacido, mejor que Ordóñez a esa edad y con todo el futuro a su disposición.
Martín Pérez, Félix Doubront y Henderson Álvarez tuvieron momentos altos en esta justa desde el montículo. Álvarez ya había logrado su estabilidad con los Azulejos y fue el encargado de cerrar la temporada de forma inolvidable, con su juego sin hits ni carreras contra los Tigres.
Pero los dos zurdos ya han dado muestras de dominio, a pesar de su menor experiencia y de tener que trabajar en estadios que parecen polígonos de tiro, el Ballpark y el Fenway Park.
Jhoulys Chacín, que llegó a las mayores un antes de 2010, pero que puede ser visto como parte de este grupo, al igual que Elvis Andrus o Alcides Escobar, ya es el número uno en la rotación de los Rockies.
Betancourt y Mujica, paradójicamente, han sido los nuevos exponentes del relevo, a pesar de su veteranía. Pero por allí ya se asoman Bruce Rondón y sobre todo Yoervis Medina, uno de los mejores pitchers criollos de la temporada, sin importar trayectoria.
Vizquel encabezó una generación notable. La que llega también lo es.
IGNACIO SERRANO / EL EMERGENTE
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