BEISBOL 007: LA CAÍDA DEL IMPERIO: LOS YANKEES Y LOS ESTADOS UNIDOS

Buscar este blog


AVISO Debido a problemas con la pagina seras redirigido a EL NOTICIARIO. Cuando corrijamos la falla volveremos amigo. Gracias por tu comprencion...

martes, 10 de septiembre de 2013

LA CAÍDA DEL IMPERIO: LOS YANKEES Y LOS ESTADOS UNIDOS

Por Andrés Pascual

Los Yankees de Nueva York eran el símbolo del beisbol; a través de las demoledoras y rutinarias campañas ganadoras del club del Bronx, se transmitía el reflejo del poderío americano que, con la ayuda de Cuba y de Babe Ruth, lograron internacionalizar desde el Caribe hasta el Lejano Oriente (Japón)

El Beisbol Organizado dirigía el desarrollo de esta disciplina por intereses de grupo y como extensión de su propio evento: los 154 juegos de las Grandes Ligas. Merito Acosta y Joe Cambria firman a Oscar Rodríguez para manager de la 1era edición de los Havana Cubans 1946

Entonces la parada final del pelotero, sobre todo no americano, era en un dugout de algún equipo de cualquiera de los dos circuitos, disfrazado de bigleaguer por la poca acción en que tomaba parte, algo tan común (llegar a las Mayores) como tomarse una soda durante los últimos 30 años. Debajo Jack Calvo, 1913

No hay sueños ya con respecto a jugar en Grandes Ligas para las llamadas "minorías", lo rutinario cansa, si acaso pesadillas por la confluencia de actos delictivos contra la moral de un deporte que no es cualquier cosa, sino el perfil laboral de interés del niño que "quisiera ser mañana como…" ¿Quién?

Hasta que el panameño Héctor López logró integrar los Bombarderos de una época realmente difícil para quien no fuera americano, porque, "para jugar en Grandes Ligas hay que ser un catedrático, imagine en los Yankees", solo dos hispanos, ambos cubanos, merecieron atención de las oficinas del equipo, en el caso de Willy Miranda, tan fugaz que apenas calentó el rincón en que se sentaba. Héctor López 3ero izq a derecha:

Por 4 décadas y media los Yankees eran, más que invencibles, abusadores; parecía que una fábrica de peloteros "claves" estaba a su disposición y "claves" lo propongo como indispensables por la personalidad y por la capacidad de influir en el resto ante situaciones que lo merecían. En la 2da foto el Coronel Jacob Ruppert firma a Gehrig y a DiMaggio en 1937:

Cuando Dimaggio bateaba para los Yankees, Estados Unidos era la potencia número 1 del mundo, no respetada, sino temida, única forma posible de verse a quien pretenda dirigir por los niveles de fuerza e influencia cualquier actividad humana. En igual medida, su reflejo en el terreno de juego del deporte nacional infundía pavor con los inquilinos de Yankee Stadium. Los Asesinos de 1938

Después de 1964, porque desde entonces no puede compararse ninguna edición del club con etapas anteriores, aunque ganaran a veces con resplandor y complacieran a un público que decaía en niveles vertiginosos sin la sapiencia del fanático que hizo famosa a la ciudad de Nueva York, no eran los Mulos de Manhattan.

Los símbolos pueden cambiar de lo sublime a lo ridículo y el deporte es un ejemplo soberbio, solo hay que analizar el caso cubano para concluir sobre la realidad del sofisma: la pelota y el boxeo marchan en consecuencias con la imagen deplorable de ese pueblo y de su gobierno, a merced de sus vicios, de su decadencia… no hay nada nuevo en esto.

El estrepitoso inicio de la decadencia de los Yankees de Nueva York (primeros en la Americana en 1964, últimos en 1965) coincidió con la avanzada del liberalismo izquierdista que, salvo la era Reagan y la de George W Bush, han puesto en niveles ridículos el poderío americano al extremo de que, hoy, nadie se siente obligado a respetar al ex Imperio que alguna vez alguien consideró como "Esperanza, Fe y Salvación del mundo"

El incremento acelerado de la pérdida de valores del país, que funciona desde adentro hacia afuera, su carencia absoluta de liderazgo, porque el destino de la nación está en manos de facinerosos que trabajan en contra del ideal patriótico histórico, utilizando cualquier medio para destruirlo con incidencia grave e importante en la división social indetenible, generan la fractura de todo lo que hizo grande a Estados Unidos.

Si los Yankees de Nueva York están al borde del hazmerreír es, ni más ni menos, porque en ese nivel de apreciación está el país.

Hasta las lacras intestinas reactivadas contra el "status quo" por los intereses perniciosos, que tienen en sus manos el itinerario del pensamiento socio-político como el racismo y la concesión económico-militar al enemigo, se reflejan en el símbolo del beisbol, otrora único, envidiable y casi inalcanzable para muchos.

El escándalo en el club del Bronx, rutina peligrosa desde hace más de 25 años, pero en el tope de su consecuencia hoy, gira alrededor del fenómeno "esteroides o sustancias prohibidas", porque se han visto envueltos algunos de sus principales jugadores, ex representantes de la grandiosidad atlética de los tiempos, devenidos, por la decadencia y la corrupción, miserias humanas inservibles e inútiles como ejemplos ciudadanos.

No pueden ser los Yankees de Nueva York un club como hace 50 ó 60 años, porque el país tampoco es como solo 20 campañas atrás.

No es dinero lo que solucionará el problema del club, tampoco la adquisición del llamado talento en fase de juego, que no existe en el mercado, sino la recuperación de la moral perdida en igual forma que la perdió el país por manejos traidores e incapaces.

Esta franquicia no puede pensar en ganar la Liga Americana y continuar el éxito en la Serie Mundial, cuando al gobierno que la representa le dan nalgadas a nivel internacional.

Una cosa por la otra, de acuerdo a cómo van los acontecimientos para Estados Unidos, nadie puede decir a ciencia cierta cuándo concluirán las angustias de las Oficinas, de los jugadores y de la fanaticada neoyorkina; un poco más complejo aún: NADIE SABE SI TERMINARÁN ALGÚN DÍA.

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deja tu comentario querido fanatico :