Por Andrés Pascual
No consta en ningún documento del beisbol que un novato fuera ascendido a mitad de temporada por un club sin moral deportiva, al borde de la explosión absoluta; que consideraba la expulsión del manager; que, por efectos del juego alegre, caliente y agresivo del recluta, parte activa en la decisión de encuentros casi a diario a favor de la novena, se produjera tal remontada que se coronaron campeones de su división más de una semana antes del cierre de las cortinas.
¿Qué hubiera pasado si los Dodgers no suben a Yasiel Puig? De primera mano salía Mattingly como "bola por tronera"; lo segundo, tal vez estuvieran eliminados desde mucho antes del que les sobra como campeones divisionales.
Y ¿Si hubieran subido al cubano y no produce como lo hizo? Lo mismo, el ex primera base yankee "pa'fuera" y los Esquivadores "pa'bajo".
La producción de Hanley Ramírez tuvo mucho que ver con la recuperación de la moral, de las ganas de jugar del equipo, en otras palabras, se contagió y Nolasco les resultó una buena contribución también, desde luego.
El criollo cumplió con la labor de sus hoy olvidados paisanos nativos en la Liga Cubana, casi desconocidos, que salían del banco a sustituir a congeladores importados de mucho nombre y poco rendimiento, a quienes ni les interesaba nuestro beisbol ni lo sentían ni lograron adaptarse a un tipo de pelota y a un público del que poco o nada sabían (algunos casos, no todos) y a fuerza de coraje, de pimienta, de ganas en el terreno, influían en el juego colectivo de tal forma que cambiaban la faz de novenas por las que nadie apostaba un miserable peso 4 días antes del acontecimiento.
El éxito de Puig ha estado no solo en sus condiciones naturales, sino en su personalidad de jugador loco, que son los que irrespetan el nivel de juego y logran imponerse al miedo escénico que, para esta clase de pelotero, no existe.
Al outfielder debe agradecerle la gerencia, el manager, sus compañeros y un público que casi hacía votos porque se llevaran aquella perrera de vuelta a New York.
Sin embargo, haciendo uso de la más baja clase posible, con el manager que debería estarle agradecido eternamente a la cabeza, iniciaron una ronda de críticas que parecían dirigidas a destruir al rightfielder, parecía que les incomodaba el juego que hacía, claro, ya estaban delante en el standing.
¿Cuántos candidatos buenos para el MVP hay en la Nacional, porque se habla de José Fernández con autoridad para el premio Jackie Robinson?
El detalle es que los Marlins están eliminados desde abril y el sensacional hurler cubano no fue capaz de interesar a la gerencia para que reforzara lo que había debilitado con mala intención, ni a un público que se sintió robado a que asistiera al parque.
Están otros que han contribuido mucho al posible éxito divisional de sus equipos, sin embargo, esta campaña quiero un nombre, uno solo, de un pelotero que nunca había jugado profesional; que nunca se probó en las Mayores; que tenga 21 años de edad; que su club, una de las insignias del Beisbol Organizado, le brindara la oportunidad de actuar regularmente desde el 3 de junio, acaso adelantando la ampliación del roster en septiembre, porque estaban derrotados desde la oficina al terreno; que, casi dos semanas antes de concluir el calendario, ilustra su fotografía cada revista del pasatiempo recibiendo el chorro de champán tradicional como campeón de su división.
Quiero un nombre solamente, pero, si no aparece con estas condiciones que mencioné, dígame honestamente si, por cualquier número que haya puesto otro contendiente, por lo que haya hecho por su novena, puede haber alguien más valioso a su club que Puig este año para los Dodgers de Los Ángeles…
Con la misma honestidad que, a mitad de temporada, tal vez afirmaba como irremediable el sonado fracaso del equipo de Koufax, por el que, con seguridad, no apostaba un medio en contra de que los Dodgers concluyeran más arriba del último en la tabla de su división.
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