LA OTRA PROVOCACIÓN: DEPORTES “el NUEVO HERALD”

Por Andrés Pascual

El "affaire" Industriales, que sorprendió a un exilio poco vigilante y menos consecuente en el entorno general de la confrontación entre "ambas orillas", demostró que, por incapaces de lidiar con asuntos peligrosos, dignos del rótulo "manéjese con cuidado" cuando de enfrentar la propaganda enemiga encubierta se trata, o por quién sabe qué, la tiranía sigue imponiendo su "clase maestra y ganadora" sobre el destierro en asuntos de la importantísima lucha ideológica.

El llamado exilio cubano, que dudo que todos lo sean y no me refiero a "la comunidá", no acaba de aprender cómo debe atender y enfrentar otros detalles de apoyo a la provocación del agente Cantón (en la foto) y su "coima" Oscar Peña, a.k.a "QUIJOTE, EL DE LOS DERECHOS HUMANOS".

Por esa razón, el libelo reasentado en El Doral, el Nuevo Herald, se banquetea con insinuaciones veladas, "pan nuestro de cada día", que se originan en el par de infecciosos medios castristas de la tiranía y en su agencia principal exportadora de mentiras y compromisos militantes Prensa Latina.

En primer lugar, la visita del corrupto añil a Miami es defendida por Cubadebate, por lo que se supone que, quien sea exiliado o "comunidá", de alguna forma afectado, no debería simpatizar con la provocación.

Jorge Ebro, que escribe para el Nuevo Herald sobre deportes, tiene como único objetivo, sin comentar, informar lo que le dicen algunos elementos envueltos en las carreras de los cubanos que juegan pelota o boxean profesionalmente, lo que yo no veo mal, sino ciertas "bombas de tiempo" que coloca "entre col y col" a la hora de decir algo contundente, definitorio de su posición política y favorable a la lucha contra Castro, a través de su medio (también forma parte del staff del liberal ESPN radio de esta ciudad), porque, como me dijo una vez el propio periodista, "mi padre estuvo en el Castillo de San Severino…" (prisión de Matanzas), lo que en buen español significa que lo afectaron, pero pudo hacer una carrera tan clasificada políticamente como periodismo, lo anterior con respecto al padre es de poca validez definitoria del principio político, porque un tío de Fidelito gestó la Rosa Blanca y un par de sus primos han estado en la vanguardia contra Castro, contra su hijo y contra el castrismo.

O el padre de Ebro (creo que fallecido), renunció a la lucha en algún momento por cansancio de tanto tiempo "a la espera…" y lo educó para "que pudiera sobrevivir sin problemas en un medio hostil", que ha sucedido incluso en familias a las que les fusilaron otro vástago; o el cronista traicionó la "memoria histórica", patriótica y paternal y no soy nadie para juzgar intimidades, pero hay conductas que no pueden escapar a un comentario en defensa del exilio y de la patria, que, en mi caso, interesa primero que todo.

Los "cronistas cubanos del Herald" no solo defienden veladamente la política de penetración anti-exilio amparados en la regla del llamado balance informativo (casualidad, parte equivocada en la pesa siempre) o por la supuesta neutralidad profesional, sino porque no se sienten integrantes del destierro ni piensan como cubanos (dije cubanos, reyoyos, naturales, auténticos), entonces cierran filas junto a todos los elementos que llegan de Cuba, creídos en que hicieron una permuta de barrio, o porque suponían allá que no eran castristas y despertaron aquí de la pesadilla asumiendo su verdadera identidad simpatizante.

El problema es tan grave que esa "mala juntera", reiniciada en Miami, incluye a agentes de la DGI vinculados al deporte que actúan como cronistas, como representantes de jugadores o en cualquier otra función que estime la tiranía.

Por lo que son "ambias" de los industrialistas de comunidad y de los que vendrán en la embajada castrista y, si no lo son, sus "relaciones" les conseguirán el acercamiento durante el tour.

Después dispóngase a leer las entrevistas en el libelo o escúchelos a todos cuando, en América Tevé, Cao y Sevcec los inviten a sus programas para someterlos al interrogatorio fraternal y militante que acostumbran; a fin de cuentas, vulgar propaganda para presentárselos en sociedad a los ajenos como obligan los estatutos desde La Habana.

Hoy Jorge Ebro dejó caer que  "Industriales era EL SÍMBOLO DE LA PELOTA CUBANA", como el dicho de monte adentro "cuando el mulo dice no, ni a palos sube".

http://www.elnuevoherald.com/2013/08/10/1541231/con-muchas-dudas-so...

Ya ni vale la pena cuestionar esa identificación abierta y provocadora contra la historia del beisbol cubano y favorable a la política anticubana del castrismo en lo deportivo, a fin de cuentas, Ebro es tan poco criollo como Castro, como Max Lesnick, como Javier Méndez, como Juan Padilla… perteneciente a la generación que considera que Cuba, su beisbol y su historia, comenzaron en el período 1959-62.

Pero algo se puede: abrir los ojos y las "entenderas" permanentemente y considerar al deporte y a otras manifestaciones que no propician grants en el nivel de bombas de tiempo contra el exilio, que es lo que se debe defender una vez que Cuba se perdió.

Y no perder de vista a la prensa filo-comunista nunca, dirigida por el Dpto Ideológico del CC del PCC, luego se impone escribir a las redacciones, a los canales… protestar contra esos amasijos de agentes del castrismo que buscan perforar todos los días, cada vez más, la credibilidad del exiliado ante la otra "comunidá" de sus hermanos latinos.

De Marino Martínez no comento hoy, pero sugiero que lo sigan, para que vean el mucho más que generoso y definitorio tamaño de simpatizante abierto, casi militante, que, ideológicamente,  ha logrado esa rata en el Nuevo Herald.