BEISBOL 007: Jonathan Villar es un pelotero de instinto y la pareja lógica para José Altuve

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viernes, 23 de agosto de 2013

Jonathan Villar es un pelotero de instinto y la pareja lógica para José Altuve

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Jonathan Villar, por el momento parece ser el pelotero más rápido que tienen los Astros en el recorrido de las bases y quizás uno de los novatos más alertas en este equipo que avanza en su etapa de reconstrucción esperanzadora.

Y si ustedes se preguntan: ¿Quién es Villar? Ah, es un chamaco que nació el 2 de mayo de 1991 en La Vega, República Dominicana que a los 21 años de edad logró conquistar un sueño inalcanzable para miles de aspirantes. En pocas palabras llegar a las Mayores en poco tiempo.

Es un pelotero con el instinto del Astro José Altuve, con la rapidez del Dodger Maurice Wills y con el atrevimiento de un Astro del pasado, Craig Biggio que se robó el plato el 13 de julio de 1989, dos años antes que naciera mi entrevistado de hoy. Y para agregar algo más, con el corazón del Dodger Mariano Duncan. Ahora para que usted comience a saborear la figura prometedora que ya es Jonathan, ya se robó el plato. Lo hizo contra los Orioles y se convirtió en el primer novato desde la hazaña de Craig.

Y si usted quisiera otra comparación, pues aquí va: A Jonathan también se le nota el impulso fiero y agresivo del Patirrojo Dustin Pedroía. Así que contando con todos estos atributos no tan comunes, el joven no puede fallar. Con esta gama de capacidades ya evidentes con que Dios le dotó, este chamaco está llamado a cambiar la fisonomía de los Astros que siguen con mucha esperanza conformando un equipo joven y prometedor.

Si el Gerente General de los Astros Jeff Luhnow soñó con tener un torpedero del calibre de Villar para el equipo futurista que está formando, yo creo que ya logró llenar adecuadamente esa posición. Sí, lo tiene en forma de diamante en bruto y muy pronto a quedar refinado, y si no me equivoco, podría ser una sensación para los aficionados de Houston.

Jonathan comenzó a jugar pelota a los 9 años de edad en La Vega. Su señora madre, su abuela y un tío, se encargaron de ser sus primeros instructores porque vieron que tenía madera para jugar beisbol. "Mi abuela que está en el cielo, dijo que su sueño era verme jugar en televisión y que llegara a las Ligas Mayores y, que lo prometiera. Y yo le dije que sí, que lo haría con todas las fuerzas del mundo".

La primera etapa de la promesa fue cumplida durante el beisbol invernal y lo vio jugar en TV contra Las Águilas. Al poco tiempo, la señora falleció.

En Dominicana se practican muchas otras disciplinas deportivas y la juventud tiene opciones para decidir por una de ellas, pero su destino ya estaba escrito: "El baloncesto me gustaba bastante, pero viendo los juegos de los equipos dominicanos Águilas y Licey, fue la mejor invitación para dedicar mi vida entera al beisbol", dijo el torpedero. "El beisbol me llamaba y, dejaba de jugarlo con mis amigos en los patios hasta que caía la noche".

Esos años juveniles pasaban rápidamente para el dominicano y era el tiempo de seleccionar un ligamayorista para venerar, que sirviera de modelo e imitarlo: "Siempre me gustó Manny Ramírez", expresó Villar sin pensarlo dos veces. "Manny motivó mucho a los dominicanos. La emoción era tremenda cuando jugaban los Yankees contra los Patirrojos, especialmente cuando Ramírez daba su palo. Nunca podré ser como él, pero haré todo lo posible".

El beisbol que jugaba Jonathan era en los barrios, pero después de sus 9 años de edad jugó en ligas organizadas como la Liga Estrellas de Jochi. "Ahí fue cuando comencé a comportarme como jugador profesional, con disciplina y con el intento de aprender los secretos del juego. Esas liguitas tienen todos los fundamentos de la profesionalidad en la pelota y, el instructor Edwin Mureña, me ayudó mucho".

Al mismo tiempo de comenzar a admirar y emular a su favorito Ramírez, Villar comenzó a conocer y distinguir los colores de los equipos de las Mayores y tenía que escoger uno para soñar: "En ese tiempo tenía que ser Boston", dijo con plena certeza. "Ahí los dominicanos teníamos a Manny, David Ortiz y Pedro Martínez y, los Yankees no tenían nada parecido".

Lo que pasa por la mente de un chamaco de habla hispana que es firmado para jugar en beisbol organizado en Los Estados Unidos es algo que no se olvida jamás. "Lo primero que yo dije fue, 'ya llegué donde llegué' y de ahora en adelante tengo que trabajar con más ahínco", declaró Villar. "Ahora yo quiero cumplirle el deseo a mi vieja que es llegar donde yo quiero, a una meta. La abuela decía que nunca olvidara a la iglesia porque Dios lo pone a uno a muchas pruebas".

Casi todos los peloteros difieren de sus experiencias en las ligas menores y Villar es uno de ellos, con la única diferencia que este joven siempre enfrentó las dificultades con una sonrisa en los labios y con la mejor cara a la vida. "Yo creo que Dios me tenía todo preparado, porque todo lo que encontré fue fácil  en las menores. Me enseñaban como hacer algo y yo lo hacía exactamente como querían; en otras palabras mis instructores quedaban satisfechos de mi trabajo y quizá por eso subí categorías sin dificultad. Yo supe aprovechar todas esas oportunidades".

Hay un sinnúmero de situaciones del beisbol que se aprende en las ligas menores y Jonathan las captó todas, pero encontró que hubo algo que le costó mucho esfuerzo. "Concentración es la situación que viene a mi mente", expresó Villar. "Para mí fue difícil dominar ese elemento. Si uno no se concentra en ciertas jugadas, el beisbol no perdona. Sobre esto, uno se debe mantener estable porque hay muchas altas y muchas bajas".

El 22 de julio los Astros decidieron subir a Villar para que recibiera su bautismo de fuego en las Ligas Mayores y sintió una alegría inusitada que no podía creer ni describir en ese preciso momento. "Ya cumplí el otro deseo de mi abuela dije en mis adentros. Lástima que no me pudo ver, pero sé que desde el cielo me mira con cariño ", expresó con sentimiento. "Mi abuela también me dijo: 'cuando llegues, mantente' y todavía sigue mi promesa. Por eso juego alegre, con toda la felicidad del mundo, como lo hace José Reyes".

Jonathan es un chico tan despierto y tan lleno de humor que para cada ángulo tiene una historia que adornar. "Yo quiero que todo pelotero que juegue conmigo diga que se siente  tan feliz como yo", dijo ya casi muerto de risa. "Pregúntale a José Altuve por qué siempre está muriéndose de risa en segunda base y te diría que se carcajea porque le acabo de hacer un cuento. Estamos concentrados en el juego pero nos contamos chistes para estar en constante conversación y movimiento". Indudablemente este dúo dinámico de los Astros tiene que ser el más bullanguero de todo el beisbol y Jonathan añora que la gente diga: 'Oye, mira como aquellos dos juegan a la pelota'.

La próxima vez que usted vea un partido de beisbol en el Parque Minute Maid y se inicie una doble matanza por medio del 6 al 4, la pelota con rumbo al 3 llega saturada de humor y contento. Ese es el nuevo beisbol de los Astros, un verdadero espectáculo lleno de emoción. Yo creo que el equipo de Houston tiene una mancuerna sólida para rato.



René Cárdenas, además de cubrir a los Astros para el diario La Prensa de Nicaragua, escribe para Crónicas de los Astros y Astros Magazine. Fue narrador de los Dodgers, Astros y Rangers de Texas. Con los Astros en 2008, también narró en TV. Edita su propia página no comercial de beisbolwww.laestufacaliente.com y es miembro activo de la BBWAA. En tres ocasiones figuró en la lista de candidatos al Salón de la Fama de Beisbol en Cooperstown. La primera vez fue en la década del 90. Búsquelo en Twitter @RCardenas3.

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