El primer mes del cubano en las grandes ligas deparó mucho más de lo que los propios Los Angeles Dodgers avizoraron cuando le dieron un contrato de 42 millones de dólares, casi sin haberlo visto jugar tras desertar de Cuba el año pasado.
Su promedio es de .436. Ha conectado 44 hits -incluyendo siete jonrones- en 101 turnos. Las estadísticas son apabullantes, amén de sus sensacionales jugadas defensivas como la del día de su debut, cuando hizo un tiro desde el jardín derecho para completar una doble matanza que puso fin a un juego.
Puig es el tema de moda en el mundo del beisbol gracias a un prodigioso despliege de energía, poder y velocidad en todas las facetas.
Cuando se bajó el telón de junio, Puig registró el promedio más alto para un novato en un mes dentro de la era moderna, a partir de 1900. Sólo un pelotero que debutó desde ese año había logrado tantos hits en su primer mes en las mayores, y ese fue Joe DiMaggio con 48 imparables en mayo de 1936. Pero Puig sumó sus hits en 101 turnos, mientras que DiMaggio lo hizo en 126.
Los números no cuentan toda la historia, y quienes creen que el cubano de 22 años no merece ser convocado al Juego de Estrellas apenas un mes después de haber debutado ignoran el impacto que Puig ha tenido en los Dodgers.
Está claro que no es un jugador del montón. Ponerse a hacer comparaciones con otros debutantes que irrumpieron con fuerza -el ejemplo de Jeff Francoeur con .432 en sus primeros 23 juegos en 2005- resulta miope.
Con su bate, su guante y su pasión por el juego, Puig probablemente le salvó el puesto al mánager Don Mattingly y generó en la afición de Los Angeles un entusiasmo que no se veía desde la irrupción de Fernando Valenzuela en la década de los 80.
La gente va al estadio solo a verlo a él. Sus propios compañeros disfrutan con su estilo arrojado. Es pura Puigmanía.
"Por su forma de jugar, le aportaría mucha adrenalina al Juego de Estrellas", dijo el jardinero de los Dodgers Matt Kemp. "De esto se trata el Juego de Estrellas, de entusiasmar a los fanáticos. Creo que todo el mundo debe ver lo que este chico está haciendo, ya que su presente es verdaderamente increíble. Yo lo estoy gozando, al igual que todos en este vestuario, y seguramente todos ustedes (los reporteros) están contentos escribiendo sobre él, así que a votar por Puig".
Kemp lo tiene bien claro: su compañero es el pelotero más deslumbrante del momento, la clase de figura que eleva el relieve del clásico de mitad de temporada.
No hay que darle más vueltas al asunto: debe estar en el Juego de Estrellas, que al fin y al cabo es una mera exhibición. Olvídense del argumento que ha jugado muy poco.
De momento, Carlos Beltran, Carlos Gonzalez, Justin Upton lideran el voto para ocupar los tres jardines por la Liga Nacional. Bryce Harper, Michael Cuddyer, Carlos Gomez, Domonic Brown y Shin-Soo Choo también acumulan méritos. Y qué decir de otros de los que no se habla mucho, pero están teniendo magníficas campañas como Gerardo Parra.
Los Dodgers pusieron en marcha una campaña para lograr que Puig fuese convocado al Juego de Estrellas, pidiendo a la gente que incluya su nombre a la hora de votar con las papeletas en el estadio o mediante la internet. Tal vez es demasiado tarde para lograr que la iniciativa prospere, puesto que este jueves se pone fin a la votación de los fanáticos.
Su vía sería por medio del denominado último voto, con el que ambas ligas presentarán a los aficionados una lista de cinco peloteros para llenar una última plaza en cada circuito. Aquí es donde la popularidad de Puig podría marcar la diferencia y hacer la vida menos complicada a Bruce Bochy, el mánager del equipo de la Liga Nacional que debe asegurarse de tomar en cuenta por lo menos a un jugador de cada equipo de su circuito.
¿Qué dice Puig?
"Me sentiría bien contento y honrado con ir al Juego de Estrellas", afirmó. "Si fuese el único representante de los Dodgers, lo haría con mucho gusto. Y si no voy, igual estaré contento si el equipo sigue ganando".
Y los Dodgers están precisamente ganando, cambiando la espiral negativa que marcó el rumbo del club con una nómina sobre los 200 millones de dólares en los primeros dos meses de la temporada.
Con victorias en ocho de sus últimos nueve partidos, Los Angeles amaneció el martes a tres juegos y medio de la cima de la División Oeste de la Liga Nacional. No habían estado tan cerca de la punta desde el 3 de mayo.
Kemp tuvo una respuesta escueta cuando la preguntaron sobre cuál ha sido la diferencia de los Dodgers: "Puig", dijo.
Su promedio es de .436. Ha conectado 44 hits -incluyendo siete jonrones- en 101 turnos. Las estadísticas son apabullantes, amén de sus sensacionales jugadas defensivas como la del día de su debut, cuando hizo un tiro desde el jardín derecho para completar una doble matanza que puso fin a un juego.
Puig es el tema de moda en el mundo del beisbol gracias a un prodigioso despliege de energía, poder y velocidad en todas las facetas.
Cuando se bajó el telón de junio, Puig registró el promedio más alto para un novato en un mes dentro de la era moderna, a partir de 1900. Sólo un pelotero que debutó desde ese año había logrado tantos hits en su primer mes en las mayores, y ese fue Joe DiMaggio con 48 imparables en mayo de 1936. Pero Puig sumó sus hits en 101 turnos, mientras que DiMaggio lo hizo en 126.
Los números no cuentan toda la historia, y quienes creen que el cubano de 22 años no merece ser convocado al Juego de Estrellas apenas un mes después de haber debutado ignoran el impacto que Puig ha tenido en los Dodgers.
Está claro que no es un jugador del montón. Ponerse a hacer comparaciones con otros debutantes que irrumpieron con fuerza -el ejemplo de Jeff Francoeur con .432 en sus primeros 23 juegos en 2005- resulta miope.
Con su bate, su guante y su pasión por el juego, Puig probablemente le salvó el puesto al mánager Don Mattingly y generó en la afición de Los Angeles un entusiasmo que no se veía desde la irrupción de Fernando Valenzuela en la década de los 80.
La gente va al estadio solo a verlo a él. Sus propios compañeros disfrutan con su estilo arrojado. Es pura Puigmanía.
"Por su forma de jugar, le aportaría mucha adrenalina al Juego de Estrellas", dijo el jardinero de los Dodgers Matt Kemp. "De esto se trata el Juego de Estrellas, de entusiasmar a los fanáticos. Creo que todo el mundo debe ver lo que este chico está haciendo, ya que su presente es verdaderamente increíble. Yo lo estoy gozando, al igual que todos en este vestuario, y seguramente todos ustedes (los reporteros) están contentos escribiendo sobre él, así que a votar por Puig".
Kemp lo tiene bien claro: su compañero es el pelotero más deslumbrante del momento, la clase de figura que eleva el relieve del clásico de mitad de temporada.
No hay que darle más vueltas al asunto: debe estar en el Juego de Estrellas, que al fin y al cabo es una mera exhibición. Olvídense del argumento que ha jugado muy poco.
De momento, Carlos Beltran, Carlos Gonzalez, Justin Upton lideran el voto para ocupar los tres jardines por la Liga Nacional. Bryce Harper, Michael Cuddyer, Carlos Gomez, Domonic Brown y Shin-Soo Choo también acumulan méritos. Y qué decir de otros de los que no se habla mucho, pero están teniendo magníficas campañas como Gerardo Parra.
Los Dodgers pusieron en marcha una campaña para lograr que Puig fuese convocado al Juego de Estrellas, pidiendo a la gente que incluya su nombre a la hora de votar con las papeletas en el estadio o mediante la internet. Tal vez es demasiado tarde para lograr que la iniciativa prospere, puesto que este jueves se pone fin a la votación de los fanáticos.
Su vía sería por medio del denominado último voto, con el que ambas ligas presentarán a los aficionados una lista de cinco peloteros para llenar una última plaza en cada circuito. Aquí es donde la popularidad de Puig podría marcar la diferencia y hacer la vida menos complicada a Bruce Bochy, el mánager del equipo de la Liga Nacional que debe asegurarse de tomar en cuenta por lo menos a un jugador de cada equipo de su circuito.
¿Qué dice Puig?
"Me sentiría bien contento y honrado con ir al Juego de Estrellas", afirmó. "Si fuese el único representante de los Dodgers, lo haría con mucho gusto. Y si no voy, igual estaré contento si el equipo sigue ganando".
Y los Dodgers están precisamente ganando, cambiando la espiral negativa que marcó el rumbo del club con una nómina sobre los 200 millones de dólares en los primeros dos meses de la temporada.
Con victorias en ocho de sus últimos nueve partidos, Los Angeles amaneció el martes a tres juegos y medio de la cima de la División Oeste de la Liga Nacional. No habían estado tan cerca de la punta desde el 3 de mayo.
Kemp tuvo una respuesta escueta cuando la preguntaron sobre cuál ha sido la diferencia de los Dodgers: "Puig", dijo.
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