BOSTON -- La evidencia se acumula desde hace casi dos meses, hasta el punto de que ahora se vuelve insoportable, si no mucho más allá de toda duda razonable: Los New York Yankees pueden no ser lo suficientemente buenos para ganar la División Este de la Liga Americana este año.
Eso no significa que no lo harán, por supuesto. En ninguna parte dice que el que más se lo merezca se lleva el botín.
Pero el equipo de los Yankees derrotado 4-3 ante los Boston Red Sox el martes por la noche en el Fenway Park no se veía ni bueno ni lo suficientemente digno como para representar la que solía ser conocida como la mejor división del béisbol en la postemporada.
Considere los hechos: Jugar un partido que tenían que ganar contra un equipo que había perdido 11 de sus últimos 12 juegos, y conscientes de que los Baltimore Orioles, sus rivales divisionales, estaban en camino a una victoria sobre los Tampa Bay Rays, el tercer caballo en esta carrera. Los Yankees no pudieron capitalizar en una noche en la que se les regalaron ocho hombres en base, incluidas siete bases por bolas en las primeras cinco entradas por el as de la rotación de lanzadores de los Medias Rojas.
Perdieron este juego en una forma que se ha vuelto demasiado familiar en esta temporada, no produjeron más que un hit oportuno -- el doble de dos carreras de Derek Jeter en el sexto episodio -- durante todo el partido.
Pero los Yankees han encontrado muchas maneras de perder esta temporada, y el problema recurrente de fallar al bate con corredores en posición anotadora es sólo uno de ellos. Ha habido fallas de pitcheo, fallas de captura, fallas de corrido de bases y apagones de poder.
El martes por la noche encontraron realmente la manera de combinar todos estos elementos en una derrota tan desalentadora que cuando Nick Swisher dijo después, "tenemos mucho talento aquí, hombre, y... cuando empiezas a colocar todas las piezas juntas..." sólo quería darle un tapabocas para salvarlo de la vergüenza.
Afortunadamente, Swisher se detuvo a mitad de la frase.
Quedan 21 partidos en la temporada, y el tiempo se acaba para colocar todas las piezas juntas de este conjunto estelar de talento (el sarcasmo es completamente intencional), aunque quizás no para las primeras partidas de golf entre cuatro manos de octubre.
Por un tiempo, yo estaba dispuesto a comprar la premisa de que estos Yankees mediocres, el equipo que ha tenido foja de 22-28 desde su marea alta del 18 de julio, era una aberración y que los súper poderosos Yankees que habíamos visto en junio y la primera quincena de julio eran los verdaderos.
Pero ahora parece bastante obvio para todos y hasta para los más desesperados en negativa, que los Yankees de junio, los Yankees de marca de 20-7 que lideraban la división con un cojín de 10 partidos, fueron un espejismo.
Los Yankees que estamos viendo ahora es la cruda realidad. Esto ha estado pasando por mucho tiempo para que pueda ser otra cosa.
¿Sabes la última vez que los Yankees llegaron incluso a ganar un máximo de dos partidos seguidos? Intente recordar el 14 de agosto, cuando estaban en medio de una racha ganadora de tres juegos.
Eso fue hace casi un mes. Desde entonces, ha sido una victoria, una derrota, ganan uno, pierden dos, ganan uno, pierden tres.
Ningún equipo puede ganar una serie de playoffs de esa manera, y ciertamente este equipo no puede ganar la división de esa manera, no mientras los Orioles de Baltimore sigan jugando de la forma que están jugando.
Todo el calendario restante favorece a los Yankees. Pero todo lo relacionado con los Yankees en este momento favorece a casi cualquier otro.
"Lo que tenemos que hacer es, tenemos que entrar en una carrera", dijo Joe Girardi. "Nuestros muchachos estaban pacientes esta noche y consiguieron sus bases por bolas, sólo que no consiguieron hits. Ha habido una serie de razones por las que no nos hemos enrachado. No ha sido un solo aspecto del juego, pero necesitamos hacerlo".
No. Han sido todos los aspectos del juego.
En éste, el fallo de los corredores en posición anotadora levantó su feo rostro otra vez, aparte del doblete reglamentario por el piso de Jeter que saltó a las gradas del jardín derecho, los Yankees registraron de 11-0 con corredores en posición anotadora.
Las pobres decisiones del manager entraron en juego: Girardi le pidió a David Robertson, quien ha estado errático últimamente, hacer algo que no ha hecho durante toda la temporada, sacar seis outs, y le pidió a Eduardo Núñez, quien ha hecho cuatro apariciones en las Grandes Ligas después de pasar la mayor parte del año ya sea en Triple A o en la lista de lesionados, robarse una base en la novena entrada con Alex Rodríguez y Robinson Canó, posiblemente sus dos mejores bateadores, en línea para impulsarlo.
Ambas decisiones le explotaron en la cara de Girardi.
Hubo exhibición de falta de atención defensiva: Boone Logan nunca hizo un movimiento hacia un rodado lento bateado hacia su izquierda por Jacoby Ellsbury, que resultó en un hit regalado dentro del cuadro. Los Medias Rojas no pudieron anotar en la entrada, pero no importa, el incidente puso de relieve el hecho de que en un momento de la temporada en la que los Yankees necesitan estar jugando su mejor béisbol, ni siquiera pueden realizar las jugadas más elementales.
Y ahora se hace cada vez más difícil de explicar la verdad: Este puede ser el mejor béisbol que los Yankees son capaces de jugar.
De repente, el talento de Jeter para cacarear que se debe simplificar el juego está empezando a sonar más como una frase falta de ideas. "Hay que tratar de encadenar algunas victorias, ese es el resultado final", dijo. "Si seguimos ganando y perdiendo, ganando y perdiendo, entonces el resto de los equipos harán lo mismo, y eso gana terreno sobre ti. Eso es todo. Tenemos que encadenar algunas victorias".
Ninguna pista, sin embargo, de la forma en que los Yankees planean hacerlo.
Girardi, una mente renombrada del béisbol, fue aún más vago que su capitán. "Hay que seguir luchando", dijo. "Hay que anotar carreras. Esa es la conclusión. Hay que anotar carreras".
Y Swisher, cuyo entusiasmo ilimitado comienza a sonar como desesperación en momentos como este, ofreció estas palabras: "Eso es lo que hace grande este juego, nunca se sabe lo que va a suceder, no es que me sienta frustrado, lo que pasa es que sabemos que podemos jugar mejor, y una vez que echemos eso a andar va a ser muy divertido, amigo. Estoy emocionado por ello".
Emocionado, ¿por qué?
El prospecto, que parecía impensable hace seis semanas pero es muy real ahora: ¿conseguirá este equipo de los Yankees, con la nómina de $209 millones y al menos dos miembros seguros del Salón de la Fama en su plantel, algo que ningún otro equipo de lols Yankees en la historia ha logrado, es decir, no llegar a los playoffs después de tomar una ventaja de 10 juegos en la división?
¿O puede hacer historia de otro tipo, al ser el primer equipo de los Yankees en tener que ganar un juego de comodín para tener derecho a jugar en octubre, un azar para el mejor de los equipos y una imagen desalentadora para un escuadrón envejecido que bien podría necesitar agotar todos los recursos restantes sólo para llegar hasta allí?
Los Yankees tomaron una ventaja de 1-0 en el primer inning, pero dejaron escapar a Jon Lester, cuando Curtis Granderson bateó foul para dejar las bases llenas. Fallaron en dos tiros para sacar al corredor que entraba desde la segunda en la siguiente entrada. Comenzaron el tercero con dos corredores gratis en base -- Lester paseó a A-Rod y a Canó -- y se quedaron con las manos vacías después que Russell Martin y Steve Pearce y Granderson fallaron con rodados de outs.
Mientras tanto, los Medias Rojas obtuvieron dos anotaciones de un deficiente Hiroki Kuroda en el tercero para tomar una ventaja de 2-1, y un cuadrangular de Dustin Pedroia en la sexta entrada para acabar con la ventaja de 3-2 de los Yankees.
Para el momento en que llegamos a Robertson, y al sencillo ganador de Ellsbury en la parte baja de la novena entrada, el juego ya se sentía perdido. Y por cierto, ¿he mencionado que los Medias Rojas tuvieron sólo dos victorias en toda la temporada donde dejaron en el terreno a sus contrarios?
Equipos como Boston no tienen nada que hacer ganando partidos así. Y equipos como los Yankees no tienen nada hacer perdiendo juegos así.
Al menos no equipos como el que pensábamos que eran los Yankees.
"Por lo que hemos hecho durante todo el año, más o menos", dijo Jeter cuando se les pidió que expresara la base de su confianza. "No estaríamos en la posición que estamos ahora, empatados en primer lugar, a menos que nos encontráramos maneras de ganar juegos a lo largo de los 140 y tantos partidos que hemos jugado".
Jeter tiene razón, por supuesto, pero por las razones equivocadas.
Los Yankees no estarían en la posición en la que estamos en este momento, empatados en el primer lugar y en la lucha de sus vidas con 21 partidos por jugar en la temporada, si hubieran seguido encontrando la manera de ganar partidos después del 18 de julio.
Pero ese parece ser un equipo diferente y en una época diferente.
Aquellos Yankees parecían capaces de ganarlo todo.
Estos Yankees parecen destinados a desperdiciarlo todo.
Wallace Matthews
Robinson Canó y los Yankees no pudieron sellar una victoria vital contra los sotaneros de Boston
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