BEISBOL 007: Dick Allen, grandeza e infortunio por José Alberto Medina Molero

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lunes, 10 de septiembre de 2012

Dick Allen, grandeza e infortunio por José Alberto Medina Molero


Tal vez esta cita de Dick Allen es la mejor introducción que podemos hacer a esta historia, contada con la sensibilidad a la que ya nos ha acostumbrado nuestro colaborador José Alberto Medina Molero: “Hubo una vez que amé este juego. Pero después de ser cambiado cuatro veces, me di cuenta de que es sólo un negocio. Yo trato a mis caballos mejor de cómo los dueños nos tratan a nosotros. Es una pena, pero ellos destruyeron mi amor por el juego”.

Dick Allen, grandeza e infortunio por José Alberto Medina Molero

Hay un dicho muy popular en Venezuela: “Unos nacen con estrellas y otros estrellados”, hay otro que,  sintetiza mejor la situación de un  pelotero llamado Dick ó Ritchie  Allen: “Es mejor caer en gracia que ser gracioso”. ¿De qué otro modo entender lo que pasó con este formidable toletero, que aún hoy, permanece fuera de los muros del edificio situado en Cooperstown? ¿Una Combinación de infortunio con arrogancia, rebeldía y discriminación? ¿Un orgullo desmedido o simplemente la combinación de variados factores que brotan de la miseria humana como diminutas especies de mezquina naturaleza? ¿Cómo puede no ser inmortal alguien que, le hizo decir a Willie Mays que su manera de golpear la pelota era la más poderosa por él  vista en jugador alguno en su carrera?.
Las miserias están presentes, lo queramos o no , es parte de la vida y con ellas hay que lidiar. ¿Qué duda cabe?. Cuando uno observa series , como la recién estrenada, “Los Kennedy”, puede sentir en propia piel la segregación y lo difícil de este drama tan  absurdo como cruel.
¿Cuál fue el problema con Dick Allen? Tal vez la pregunta debe ser cuáles problemas se presentaron a partir de su irrupción en la pelota. El principal, el  ser hombre de piel negra en el EEUU de comienzos de los 60. Entre 1960 y 1963 militó en las menores de los Filis este pelotero nacido en Pensilvania, bateando, en conjunto de las tres zafras,  algo más de 80 vuelacercas, demostrando también que podía batear para promedio. Ello convenció a los de Filadelfia de darle un chance arriba a finales de la temporada del 63. Debutó Allen un 3 de septiembre bateando de 3-1. En un total de 10 encuentros pegó 5 sencillos, dos tubeyes y un triple , para luego en la temporada de 1964 alzarse con el título del Novato del año , venciendo nada más y nada menos que a Ricky Carty . En esa zafra consagratoria bateó, en 162 partidos para promedio de 318, con 29 bambinazos,  38 dobles, 3 triples y 91 carreras remolcadas!.
Lo que parecía un carrera prominente en medio de un pitcheo tan férreo como el de la época, de hecho se llamó a esta era  “la segunda de la bola muerta”, se fue complicando por discusiones y altercados por problemas raciales. A este respecto  el historiador de béisbol, Edwin Kako Vásquez, afirma: “De allí en adelante Dick Allen fue un dolor de cabeza tanto para los lanzadores como también en su problema de actitud” Allen, que no era precisamente de los que se dejaba humillar con comentarios y gestos racistas, comenzó a granjearse la aversión de algunos compañeros, cronistas e incluso del público que lo veía jugar en la antesala de los Filis, con los que estuvo en siete tormentosas temporadas. Bill Jenkinsons, el también historiador del béisbol, ante el evidente poder del tórrido bateo de Dick Allen y el largo de sus batazos en el viejo estadio Connie Mack, lo situó junto a Jimmie Foxx , Mickey Mantle y el propio Ruth, como los cuatro peloteros que han dado batazos más descomunales en la historia del béisbol.  Pero nada de eso bastó para revertir la fortuna de Dick , ni siquiera el ganar el MVP con los Medias Balncas en 1972, superando a peloteros como Joe Rudy, Sparki Lyle, Bobby Murcer y Carlton Fisk, tampoco importó que entre 1964-1974 fuera uno de los tres mejores bateadores del béisbol con un OPS + de 165, En ese lapso logró además ser  líder en Carreras producidas (dos veces), OBP (2 veces), SLG (3 veces), Hrs ( 2 veces). De Allen se dice que golpeaba la bola más fuerte que Aaron y Frank Robinson, y además corría las bases con la misma pasión de  Clemente  y Willie Mays.
Los detractores de Allen, dicen que no está en Cooperstown  porque sus números globales son relativamente bajos, ya que sólo jugó  14 temporadas y fracción (los 10 juegos de 1963). Allen, coleccionó un promedio de bateo vitalicio de 292, con 1848 hits (320 dobles, 79 triples y un total de 351 cuadrangulares) 1099 anotadas y 1119 impulsadas. Durante seis temporadas bateó más de 30 vuelacercas y en tres de ellas impulsó más de 100 carreras.  Su temperamento conflictivo, el cual no era bien visto por los cronistas de su época, no permitieron que en 15 comparecencias ante el Comité obtuviera algo más de 20% de los votos, sin embargo han existido voces que han apoyado su causa , entre estas se cuentan las de sus ex managers Chuck Tanner y Gene Mauch. Ellos han declarado que Allen dio más del cien por ciento cada vez que salía al campo, así mismo compañeros de la talla de Mike Schmidt y Rich Goosage , han expresado lo buen compañero que era en el equipo. Particularmente Schmidt, dice haber recibido muy buenos consejos de Dick en el arte exigente del bateo. Por los 548 estacazos bateados por Mike parece que los aprovechó y muy bien.
En una entrevista al programa “Estudio 42”, Allen relató que durante su estancia en Little Rock, Arkansas, sucursal de los Filis, algunos fanáticos organizaron desfiles para protestar su presencia en el equipo. Una noche al ir a buscar su carro para volver a su casa lo encontró llenos de pintas con expresiones raciales. Probablemente todas estas situaciones influyeron  para que, como acto de rebeldía, llegara tarde a prácticas de bateo e incluso a  juegos, lo que le valió no pocas  multas y su salida de Filadelfia y de otros equipos .
A no dudar  la mezcolanza de una época de discriminación, aunada al poco paciente carácter de Allen le atrajo dificultades insalvables. Hay una canción dedicada a él (quien a su vez se dedicó a la música, pero esa es otra historia)  donde  le dice un niño a su padre: “ Tu y yo nunca abucheamos a Richie Allen/ nunca entendí porque la gente lo hizo..” para terminar luego con : “ Gracias por permitirme tener mis héroes cuando era niño”.
Dick Allen, un héroe con desventura.
Jamedina11@gmail.com

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