Por Andrés Pascual
La selección castrista que juega en La Habana contra una selección de daycares (círculos o jardines infantiles) norteamericanos, dicen que una serie de fogueo de 5 partidos, perdió el primero 3-4 y ganó por una los siguientes dos, el último, 9-8. Yo no dudo que la ganen, sin embargo, a quién le importa en Cuba, porque ni la asistencia al Cerro ni el seguimiento por radio o televisión lo desdicen.
Lo que comenta la prensa de allá sobre la forma cómo juegan estos peloteros es inaceptable, no solo porque enfrentan a jugadores que todavía ninguno ha de haber participado en su encuentro 500 de por vida; sino porque, cuando le ganan a rosters de estrellas de Grandes Ligas en los mal llamados clásicos, no hacen la misma proposición, basada en que no están "acoplados ni en juego".
En el caso de aquel Baltimore de hace 15 años había razones con fundamento para proponer que ganaron deslealmente, o cuando lo hicieron contra Puerto Rico, contra Dominicana, o contra Santana y Venezuela en ese denigrante espectáculo que Bud Selig no acaba de imponer, porque es una falta de respeto y una humillación contra el Beisbol Organizado, llamado Clásico Mundial.
Por la experiencia de 30 años viviendo entre aquella farsa criminal que es el período "robolucionario" del castrismo, sé bien que no persiguen foguearse ni obtener experiencias, eso no les interesa a quienes viven de imponerle la mentira al pueblo, aquel engendro de dictadura vive del control ideológico absoluto, de la inyección del triunfalismo a como dé lugar, lo que, por la labor de destrucción del beisbol, por ejemplo, ya no pueden mantener. Ellos quieren ganarle a un equipo americano, el que sea, para tener material de re-adoctrinamiento a la población, hoy muy difícil de hacer, cuando no imposible, por lo menos al estilo de 1960-199…
Igual que con el engatusante logro del sistema de salud, que acaban de desnudar y pisotear ellos mismos, con el regreso al siglo XIX por una epidemia infectocontagiosa cuyo antecedente está en 1892 y su última muerte un año después, contra 16 en lo que va del 2012.
El peligro para el beisbol hace rato que dejó de serlo en Cuba, ya es una impactante realidad la decadencia forzada del juego para liquidarlo y tener a mano la justificación preparada desde hace 54 años, que será decirle al pueblo que "no tiene interés popular, entonces, como la harina que cambiaron hace 39 años por la libra de arroz, la vamos a retirar del mercado…", si bien aquella pasta apestosa no tuvo sustituto, el beisbol tiene ahí el balompié, no por menos costoso, sino por menos cercano a lo patriótico y a los Estados Unidos, porque es un deporte por el que no hay que agradecerle nada al "Imperialismo" ni este "monstruo" lo domina mundialmente ni tiene figuras de relieve e importancia universal.
Pero al público que apoyaba fanáticamente "el peor y único beisbol esclavo del mundo", también lo perdieron: hace rato que no leo ningún comentario en Juventud Rebelde que complemente lo que esos plumíferos quieren reimponer y eso es un logro, pero de la verdad, aunque sea sobre un terreno de pelota.
Pie de grabado: Ya les arrancaron la careta en el beisbol
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