Con 33 de 45 votos se alzó por segunda vez con el galardón Manager del Año
Hace apenas un año los Tiburones de La Guaira ocuparon el último lugar de la ronda eliminatoria para cerrar una temporada catastrófica en la que perdieron 21 de sus primeros 27 desafíos. Una campaña después experimentaron su mejor ronda eliminatoria desde 1983 y arribaron en el primer lugar para hacer soñar a sus seguidores con la primera final del equipo en 24 años.
Esta metamorfosis ocurrió bajo el manto de Marco Davalillo, y por ello acaparó 33 de los 45 votos posibles para erigirse como el Manager del Año por segunda vez en su carrera como técnico en la pelota local.
"Soy sincero y les hablo claro y fuerte a mis peloteros. Ellos además de profesionales son seres humanos y a veces necesitan palabras que los estimulen. Es importante que los jugadores sientan el apoyo de su manager en los buenos y malos momentos", sostiene Davalillo cada vez que se le pregunta acerca de la fórmula de su éxito.
Los equipos dirigidos por Davalillo les ha ido bien en el beisbol rentado. Con los Caribes dejó registros de 3-0 en la 1999-00 (ausencia de Alfredo Pedrique), 9-6 en la 2006-07 y 39-24 en la 2007-08.
El año pasado, tras los despidos de Carlos Subero y Phil Regan, dirigió 20 triunfos en 34 cotejos de La Guaira, lo que sumado a la foja de 37-26 que dejó esta vez le permite ostentar récord vitalicio de 108-70.
"Es un orgullo recibir este galardón y brindarle esta inmensa alegría a mi familia. Los peloteros tuvieron mucho que ver en lo que se logró en la eliminatoria, pero todavía nos queda trabajo por hacer", sostiene quien al enterarse del premio llamó a Marypaz (esposa) y sus hijos Marco y Marymar.
"También hay que darle crédito a Lipso Nava", esbozó el estratega para aplaudir a su colega de las Águilas del Zulia, quien recibió los 12 sufragios restantes luego de clasificar a los alados al round robin, a pesar de asumir el cargo con 11 derrotas en 15 juegos que marcaron el despido de Mako Oliveras. "Esto habla del talento existente en los coach y técnicos venezolanos", disparó el hijo de Pompeyo, quien curiosamente fue despedido de los Caribes tras recibir el premio a Manager del Año en la temporada de 2007-08.
El contrato de Davalillo con los salados le garantizaba estar al frente del equipo esta temporada. ¿Habrá renovación?.
"Eso es algo que no me quita el sueño en estos momentos. Primero tenemos que llegar a la final y ser campeones. Después de eso me sentaré con la gerencia y directiva del equipo para ver que se decide".
El piloto salado mantiene el discurso que desarrolló desde que asumió las riendas de los escualos a mediados de la temporada pasada y revalidó en septiembre, durante el primer día de prácticas de La Guaira para este torneo. "Ya son 25 años sin un título para la afición de los Tiburones. Es hora de hacer algo al respecto. Aquí todos los jugadores, técnicos y el resto del personal está al tanto del compromiso que tenemos con los fanáticos, la directiva y con nuestros familiares que tanto apoyo nos han brindado", cerró Davalillo, que recibió una oferta para volver a México.
Esta metamorfosis ocurrió bajo el manto de Marco Davalillo, y por ello acaparó 33 de los 45 votos posibles para erigirse como el Manager del Año por segunda vez en su carrera como técnico en la pelota local.
"Soy sincero y les hablo claro y fuerte a mis peloteros. Ellos además de profesionales son seres humanos y a veces necesitan palabras que los estimulen. Es importante que los jugadores sientan el apoyo de su manager en los buenos y malos momentos", sostiene Davalillo cada vez que se le pregunta acerca de la fórmula de su éxito.
Los equipos dirigidos por Davalillo les ha ido bien en el beisbol rentado. Con los Caribes dejó registros de 3-0 en la 1999-00 (ausencia de Alfredo Pedrique), 9-6 en la 2006-07 y 39-24 en la 2007-08.
El año pasado, tras los despidos de Carlos Subero y Phil Regan, dirigió 20 triunfos en 34 cotejos de La Guaira, lo que sumado a la foja de 37-26 que dejó esta vez le permite ostentar récord vitalicio de 108-70.
"Es un orgullo recibir este galardón y brindarle esta inmensa alegría a mi familia. Los peloteros tuvieron mucho que ver en lo que se logró en la eliminatoria, pero todavía nos queda trabajo por hacer", sostiene quien al enterarse del premio llamó a Marypaz (esposa) y sus hijos Marco y Marymar.
"También hay que darle crédito a Lipso Nava", esbozó el estratega para aplaudir a su colega de las Águilas del Zulia, quien recibió los 12 sufragios restantes luego de clasificar a los alados al round robin, a pesar de asumir el cargo con 11 derrotas en 15 juegos que marcaron el despido de Mako Oliveras. "Esto habla del talento existente en los coach y técnicos venezolanos", disparó el hijo de Pompeyo, quien curiosamente fue despedido de los Caribes tras recibir el premio a Manager del Año en la temporada de 2007-08.
El contrato de Davalillo con los salados le garantizaba estar al frente del equipo esta temporada. ¿Habrá renovación?.
"Eso es algo que no me quita el sueño en estos momentos. Primero tenemos que llegar a la final y ser campeones. Después de eso me sentaré con la gerencia y directiva del equipo para ver que se decide".
El piloto salado mantiene el discurso que desarrolló desde que asumió las riendas de los escualos a mediados de la temporada pasada y revalidó en septiembre, durante el primer día de prácticas de La Guaira para este torneo. "Ya son 25 años sin un título para la afición de los Tiburones. Es hora de hacer algo al respecto. Aquí todos los jugadores, técnicos y el resto del personal está al tanto del compromiso que tenemos con los fanáticos, la directiva y con nuestros familiares que tanto apoyo nos han brindado", cerró Davalillo, que recibió una oferta para volver a México.
VÍCTOR DAVID MELO ZURITA | EL UNIVERSAL
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