Las pitas de la afición caraquista se convirtieron en el protagonista de una noche donde los Leones del Caracas sufrieron su derrota número 20 de la campaña, por 8-0 ante las Águilas del Zulia.
El optimismo que pudo generar la presencia de los grandeligas Asdrúbal Cabrera y Yorvit Torrealba, se disipó en el mismo primer inning, cuando los rapaces vapulearon a Thad Weber con cinco carreras que marcaron el destino del cotejo.
El estadounidense solo pudo sacar un out, por ello cuando salió del juego lo hizo acompañado de la protesta del desesperado público, que estaba viendo cómo se le escapaba otra victoria a su equipo.
La poca producción ofensiva ante el abridor visitante, Austin Bibens-Dirkx, terminó de amargarle la velada a la afición capitalina, que a medida que avanzaba el cotejo, subía los decibeles de sus abucheos.
Al único que perdonaron fue a Orber Moreno, quien realizó un inusual y exitoso relevo en el tercer tramo. Pero cuando Moreno se fue a las duchas, continuaron las pitas, sobre todo cuando vieron a las Águilas dilatar su ventaja hasta ocho rayitas en el séptimo capítulo. Allí muchos de los presentes dijeron "basta" y se fueron a sus casas, dejando casi desolado al estadio Universitario, como si fueran los últimos días de la temporada.
"A nadie le gusta que lo abucheen", reconoció el propio manager Rick Sweet. "Pero en el clubhouse los jugadores no están cabizbajos".
Por más confianza que desee transmitir Sweet, su equipo tiene 20 perdidos antes del mes de diciembre, algo que no ocurría desde la campaña 2007-2008, cuando quedaron eliminados en la regular. "Sé la cantidad de derrotas, pero también sé que falta poco para que las cosas mejoren", insistió Sweet. "No tenemos mucho tiempo, pero confío en que mejoraremos pronto".
De no hacerlo, Sweet y sus dirigidos saben lo que recibirán desde las tribunas.
El optimismo que pudo generar la presencia de los grandeligas Asdrúbal Cabrera y Yorvit Torrealba, se disipó en el mismo primer inning, cuando los rapaces vapulearon a Thad Weber con cinco carreras que marcaron el destino del cotejo.
El estadounidense solo pudo sacar un out, por ello cuando salió del juego lo hizo acompañado de la protesta del desesperado público, que estaba viendo cómo se le escapaba otra victoria a su equipo.
La poca producción ofensiva ante el abridor visitante, Austin Bibens-Dirkx, terminó de amargarle la velada a la afición capitalina, que a medida que avanzaba el cotejo, subía los decibeles de sus abucheos.
Al único que perdonaron fue a Orber Moreno, quien realizó un inusual y exitoso relevo en el tercer tramo. Pero cuando Moreno se fue a las duchas, continuaron las pitas, sobre todo cuando vieron a las Águilas dilatar su ventaja hasta ocho rayitas en el séptimo capítulo. Allí muchos de los presentes dijeron "basta" y se fueron a sus casas, dejando casi desolado al estadio Universitario, como si fueran los últimos días de la temporada.
"A nadie le gusta que lo abucheen", reconoció el propio manager Rick Sweet. "Pero en el clubhouse los jugadores no están cabizbajos".
Por más confianza que desee transmitir Sweet, su equipo tiene 20 perdidos antes del mes de diciembre, algo que no ocurría desde la campaña 2007-2008, cuando quedaron eliminados en la regular. "Sé la cantidad de derrotas, pero también sé que falta poco para que las cosas mejoren", insistió Sweet. "No tenemos mucho tiempo, pero confío en que mejoraremos pronto".
De no hacerlo, Sweet y sus dirigidos saben lo que recibirán desde las tribunas.
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