Por Andrés Pascual
Hoy cumple lo que casi es una friolera de años de vida uno de los últimos peloteros cubanos capaces de exhibir, con absoluta autoridad, el calificativo de leyenda del juego, el catcher e infielder Andrés Fleitas.
El villareño del Central Constancia acaso sea, junto a Conrado Marrero, que llegó al siglo en Cuba, los últimos miembros vivos de la original novena Casa Stany, que convirtieron en el Cienfuegos Casa Stany cuando la inscribieron en la Liga Nacional de Beisbol del circuito unionista amateur.
Pero Fleitas y el Premier son los últimos jugadores vivos del Almendares de la 2da parte de la década de los 40's y Andrés el único que puede contar como jugador lo que pasó el día que Mike González cambió al rightfielder por un jugador de cuadro y hacia ese territorio se produjo la línea bateada por, precisamente, Andrés Fleitas. El glorioso ex catcher me ha confesado que la línea, conectada sobre un lanzamiento afuera, tuvo efecto, lo que hubiera sido difícil "hasta para Dimaggio", fue durante el último juego de la serie de desempate Habana-Almendares que decidió el campeonato 1946-67.
Cuando a Jorge Pasquel se le calentó la cabeza con la idea absurda de competir contra el Beisbol Organizado, Fleitas fue uno de los que abandonó una carrera promisoria, que culminaría en los Gigantes de Nueva York y firmó con el azteca por una cantidad realmente buena, pero de futuro incierto como lugar de trabajo; entonces dejó el Jersey City clase Doble A donde jugó 1943-44 y se fue a los Industriales de Monterrey en el período 1945-47.
Después estuvo con el Chattanooga, sucursal también Doble A del Washington durante 4 años, pero ya sin oportunidad de Grandes Ligas.
Con los Havana Cubans de la Liga Internacional de la Florida se mantuvo 3 campañas y, el primer año de los Cubans Sugar Kings en la Internacional Triple A, Fleitas estuvo poco tiempo con ellos.
Uno de los jugadores cubanos que actuaron con los 4 equipos del campeonato invernal, fue seleccionado MVP de 1946-47.
El recio bateador recibió el no hit no run que lanzó contra Venezuela el 21 de febrero de 1952, en Panamá, el importado Tomás Fine, que reforzó al Habana desde el Marianao en la IV Serie del Caribe, el juego concluyo 1-0.
En estos momentos Andrés se recupera de anomalías de salud.
No solo un baluarte del beisbol profesional, sino uno de los símbolos de los Azucareros del Hershey, que fue seleccionado al equipo Cuba en 1939, 41 y 42.
Hacemos votos por la pronta recuperación del amigo y excelente persona, con el deseo de que cumpla 100 más de los que tiene casi su gloriosa y valiosa existencia.
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