José Valverde es una figura pintoresca en el béisbol, con sus famosas celebraciones después de los juegos salvados como cerrador de los Tigres de Detroit. En el clubhouse de los felinos, el derecho también exhibe una personalidad bien jocosa y hasta bullosa.
Pero hay un lado serio del dominicano que lo ha llevado a una temporada regular perfecta en oportunidades de salvamento, un logro extraordinario en la historia del béisbol.
Desde que el juego salvado se convirtió en una estadística oficial en 1969, Valverde es sólo uno de tres lanzadores que han pasado toda una campaña sin malograr oportunidad de salvamento alguna: Eric Gagne (55-55) con los Dodgers en el 2003, Brad Lidge con los Filis en el 2008 (41-41) y ahora Valverde, que preservó 49 victorias de Detroit en igual número de oportunidades este año. En sentido general ha convertido con éxito 51 chances consecutivos, remontando al 2010.
"Me siento contento y orgulloso de ser perfecto aquí en Grandes Ligas", le dijo Valverde a LasMayores.com.
Con su combinación de recta, slider y una recta de dedos separados que ha tirado más últimamente, Valverde ha completado la mejor temporada de su carrera y ha ayudado a Detroit a conquistar el título de la División Central de la Liga Americana.
Ahora lo que tiene en mente el oriundo de San Pedro de Macorís es llegar lejos en octubre. Ya saboreó el ambiente de playoffs en el 2007, cuando fue taponero de un equipo de Arizona que llegó a la Serie de Campeonato de la Liga Nacional.
"(Estamos) donde todo el mundo quiere estar, en la post-season", expresó Valverde. "Se siente como un niño; cuatro años es demasiado tiempo ya."
Después del 2007, Valverde fue canjeado de los Diamondbacks a los Astros y, aunque lanzó bien en sus dos años en Houston, no llegó ni cerca de los playoffs con el equipo texano.
Pero ahora, en la segunda campaña de un contrato de dos años y US$14 millones en Detroit, ha vuelto a la fiesta de octubre (aunque estemos en septiembre aún).
"Ahora con el equipo que tenemos, con Víctor Martínez, Miguel Cabrera, (Magglio) Ordóñez, (Wilson) Betemit, (Jhonny) Peralta, me han dado la oportunidad de vivir de nuevo en el post-season.
Es cierto que los antes mencionados son cruciales en el equipo, pero el rol de Valverde ha sido clave y hasta subestimado en ocasiones. Al fin y al cabo, Valverde salvó 49 de las 95 victorias de Detroit, que llegó a la postemporada por primera vez desde el 2006.
En total el dominicano terminó con efectividad de 2.24 en 72.1 innings lanzados. Permitió 52 hits y ponchó a 69, otorgando 34 bases por bolas. Claro, no todos los juegos salvados fueron tan "limpios", al casi siempre embasarse por lo menos un bateador. Pero al fin y al cabo, los resultados hablan por sí mismos, tanto a nivel individual como colectivo.
Contra los Yankees no hubo tanto dominio en el 2011. En cinco partidos 4.2 entradas lanzadas ante Nueva York, Valverde tuvo marca de 0-1 y efectividad de 3.86, permitiendo tres carreras (dos de ellas limpias) con cuatro ponches y cuatro bases por bolas.
Sin embargo, los playoffs representan una nueva temporada, y reina la confianza en los predios de los Tigres-sobre todo con el mismo Valverde.
"Este equipo está buenísimo, vamos a ganar con la ayuda de Dios pronto", expresó. "(Vamos a ganar) los tres juegos que tenemos que ganar, vamos a ir a la casa a disfrutar un poquito y volver a jugar y ganar. Eso es lo que estamos buscando."
LA EMOCIÓN DEL OUT 27
Las celebraciones de Valverde pueden caerle mal a muchos oponentes, pero hay otros que entienden que las expresiones del dominicano no son en ánimo de ofender. El mismo lanzador trata de explicar lo que siente al sacar el último out de un partido.
"Se siente una emoción que llega a uno", dijo. "Muchas bendiciones que te manda la gente; son cosas muy difíciles de explicar, es un orgullo sentir eso."
Es un orgullo que los Tigres quisieran ver 11 veces más de aquí al final de octubre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Deja tu comentario querido fanatico :