Por Andrés Pascual
Como en todas las facetas del beisbol, el cubano fue el 2do a nivel mundial que premió al jugador más valioso a su club con el gallardete, bueno como refuezo de la labor que, si los números son acreditables, lo ayuden a ingresar al Salón de la Fama de la nacionalidad que lo elija.
El reconocimiento se concedió por primera vez en el champion cubano en la campaña 27-28 hasta 1960-61, cuando, bajo decreto ordenanza del propio tirano, conocido como Ley de Abolición del Deporte Profesional, no solo descabezó el mejor y más importante campeonato de este juego ajeno a las fronteras de Estados Unidos, sino "a la niña de los ojos del deporte nacional"; porque, nadie lo dude, el una vez pasatiempo nacional, por las presiones desde 1962 para borrarlo como interés de distracción masiva, sin equivocaciones, se acabó allí a la manera histórica de "cantera con ribetes internacionales" y, si perdió esa grandeza, que incluía la proyección e influencia en la región; pues, sencillamente, lo liquidaron en Cuba: un beisbol de segunda ni importa ni merece un tratamiento especial del erudito como no sea en el análisis político del sector deportivo por una hecatombe con efecto de "noche nuclear casi eterna" en la sociedad cubana.
Unicamente dejó de entregarse el premio MVP en la Liga Invernal en las campañas 31-32, 32-33 y 33-34 por circunstancias de índole económica que afectaron el desarrollo normal del evento.
Para exhibir el primer galardón fue escogido el Inmortal Martín Dihigo, que ganaría otros tres, con lo que fue el único al que le dieron más de un trío en la historia del diploma de consagrado anual en aquel beisbol: 27-28, jugando para el Haban; 35-36, para el Santa Clara; 36-37, Mariano y, 41-42, de nuevo con los Leones.
Con un par de premios están el importado, estrella norteamericano de Ligas Negras, Willie "El Diablo" Wells en 1929-30 (Cienfuegos) y 1939-40 (Almendares). Lázaro Salazar, "El Príncipe del barrio Belén", en 34-35 (Marianao-Almendares) y 37-38 (Almendares). Gilberto Torres en 40-41 con el Habana y en 1943-44 también con los Leones y Orestes Miñoso en 1952-53 y 56-57, ambas veces con los Tigres del Mariano.
El resto, todos uno: Alejandro "El Caballero" Oms, 28-29 (Habana); el poco promocionado Carlos Etchegoyen, 31-32 (Almendares); Alejandro "Patón" Carrasquel, venezolano, 38-39 (club Cuba); Antonio "Pollo" Rodríguez, 42-43 (Almendares); Pedro "Gamo" Pagés, 44-45 (Cienfuegos); Alejandro Crespo, 45-46 (Cienfuegos); Andrés Fleitas,46-47 (Almendares); Conrado "El Premier" Marrero, 47-48 (Almendares); Morrie Martin, 48-49, de Ligas Negras (Almendares); Fermín "El Isleño" Guerra, 49-50 (Almendares); Adrián Zavala, pitcher y Silvio García, shortstop, 50-51 (ambos del Cienfuegos); Bert Haas, 51-52 (Habana); Cliff Fannin, 53-54 (Almendares); Joe Hatten, 54-55 (Almendares); Camilo Pascual, 55-56 (Cienfuegos); Bob Shaw, 57-58 (Marianao); Orlando Peña, 58-59 (Almendares); Raúl Sánchez, 59-60 (Cienfuegos); Pedro Ramos, 60-61 (Cienfuegos).
En total 14 pitchers ganaron el premio, de estos, 5 importados. Cinco infielders, todos nativos. Nueve outfielders con un embajador noteamericano entre ellos y dos catchers, ambos cubanos.
Por su versatilidad, tanto Martín Dihigo como Lázaro Salazar y Gilberto Torres se incluyen entre los jugadores de cuadro, los jardineros y los lanzadores, habilitando a Miñoso como infielder-outfielder-catcher, aunque no haya alternado esas funciones sostenidamente.
Doce premios MVP cayeron en peloteros con uniforme añil; Siete combinados como Petroleros o Elefantes en la franela verde del club de la Perla del Sur; cuatro anaranjados para el Marianao; cinco para los Rojos del Habana; uno para el Cuba y otro para el Santa Clara.
Cuando Adrián Zavala compartió el diploma con Silvio García en la campaña 1950-51, inició la temporada con el Habana y la terminó con los Elefantes de Bobby Maduro. Igual que Lázaro Salazar 15 años antes, que empezó con el Marianao y finalizó con el Almendares.
Pedro Ramos ganó el último premio en 1960-61
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