Por Andrés Pascual
Dicen los eruditos que, en términos de rareza, el único rival del no hit no run es la triple-matanza; sin embargo, en dramatismo y tensión no tiene, salvo la culminación inmaculada de este tipo de joya, "el juego perfecto".
Para lanzar un no hit no run un pitcher necesita tres ingredientes: gran forma, defensa sólida y una dosis razonable de suerte; para que sea perfecto, su mejor forma, control impecable, defensa hermética y suerte multiplicada por quién sabe cuánto…
El cero hit cero carreras no es patrimonio del residente en Cooperstown; el más famoso de este tipo no lo lanzó una maravilla ni algo parecido, pero fue perfecto y en una Serie Mundial: en octubre de 1956, el pitcher derecho Don Larsen le suministró la medicina al Brooklin Dodgers y los derrotó 2-0, esa actuación lo convirtió en "héroe de un solo día". Fue el último juego como umpire (trabajó detrás del home) de quien si es inmortal del recinto, "caballero del peto, la escafandra y la escobilla", como llamaba a los ayer "hombres de negro" el Maestro Eladio Secades: Babe Pinelli.
Pete Alexander, Steve Carlton y Don Sutton, instalados en Cooperstown y con más de 300 juegos ganados cada uno, nunca pudieron lanzar un no hit no run en Grandes Ligas. Alexander pitcheó 4 juegos de un hit durante la campaña de 1915; Carlton 6 en su carrera y Sutton 5 en 23 años.
El caso de Alexander tiene connotación sentimental: en el último inning de su cuarto de un hit en 1915, llegó al 9no con dos outs; en el banco contrario quedaba un solo bateador, muy rápido de home a primera que producía rolatas incómodas hacia los huecos más difíciles de llenar por la defensa del cuadro; era, sencillamente, un bunt-hitter explosivo y exitoso y a ese fue al tipo que llamó como emergente el manager con el objetivo de romper el maleficio. El tipo miró al pitcher, que se viró hacia el centro del terreno mientras escuchaba la voz del timonel gritarle al bateador "Haga lo que tiene que hacer…": un rolling de hit por encima de segunda concluyó el embrujo y el sueño del gran lanzador. Ese villano, Tom Smith, era el mejor amigo de Alexander.
El congresista republicano Jim Bunning, miembro de Cooperstown, tiró un 0-0 en ambos circuitos: el primero, el 20 de julio de 1958 contra el Boston, trabajando por el Detroit; el segundo, el 21 de julio de 1964, Día de los Padres, contra los Mets de Nueva York por el Filadelfia. Notable en el juego una jugada salvadora del cubano Tony Taylor en el 8vo que le robó un hit a Ed Kranepool.
El 26 de mayo de 1959 el pitcher de los Piratas de Pittsburg, Harvey Haddix, enfrentó a los poderosos Bravos de Milwakee de Aaron, Mathews y Adcock y llegó al inning 12 de forma perfecta, pero empatados a cero; entonces, abriendo el 13, un error en tiro del antesalista Don Hoak permitió que se embasara el boricua Félix Mantilla. Una base negociada por Hank Aaron complicó más la entrada y, como casi siempre ocurre, Joe Adcok le convirtió en pesadilla el sueño con un enorme jonrón entre left y center.
Sandy Koufax lanzó 4 no hits no run, el último, perfecto contra los Cubs de Chicago en 1965, además, tres juegos de 1 hit. Pero el Expreso Nolan Ryan logro la friolera de 7 juegos sin hits ni anotaciones; como si fuera poco, otros 9 de un imparable.
Virgil Trucks, del Detroit y Allie Reynolds, de los Yanquis, lanzaron cada uno dos en la misma temporada, el año antepasado Roy Halladay los igualó, el derecho canadiense lanzó uno en postemporada y uno perfecto el 29 de mayo.
Difíciles de repetir los dos en aperturas consecutiva de Johnny Vander Meer, del Cincinnatti, zurdo con buena sinker, buena velocidad y tendencia al descontrol. El primero el 11 de junio de 1938 contra los Abejas de Boston de Casey Stengel, en el que concedió 4 bases por bolas; el segundo, 4 días después contra el Brooklin, al que Buck Canel se refirió en 1944 en Almanaque Deportivo, revista cubana de Orlando Sánchez Diago, como "fue una verdadera exhibición de fildeo del antesalista, valió más la pena verlo defender que al lanzador trabajar" La actuación del zurdo incluyó 8 bases por bolas, tres de ellas en el noveno. Si escapó sin que le anotaran en esa entrada, fue porque Ernie Koy conectó rolata de frente al antesalista que la convirtió en doble matanza por la vía tercera-catcher-primera.
En Cuba, en 1966, el derecho villareño Aquino Abreu lanzó dos no hits consecutivos con cinco días de diferencia; veinte años después, el supersónico pinareño Rogelio García repitió la hazaña, ambos en las llamadas Series Nacionales.
El 28 de julio de 1991 el nicaragüense Denis Martínez le tiró perfecto a los Dodgers
En 1884 se lanzaron 8 no hits no runs, récord para una campaña; pero en la era moderna se produjeron 7 en 1901.
El período más largo entre uno y otro fue de 3 años 44 días: Bobby Burke, 8 de agosto de 1931 y Paul "Daffy" Dean el 21 de septiembre de 1934. En el 2005 no se produjo ninguno.
El período más largo individualmente entre uno y otro le pertenece a Randy Johnson, que tiró uno el 2 de junio de 1990 por el Seattle y el segundo el 18 de mayo del 2004 para Arizona. Por supuesto que el espacio de menos tiempo es de Vander Meer.
Jim Abbott, que nació sin la mano derecha, el 4 de septiembre de 1944 le ganó al Cleveland 4-0 sin permitir hits por los Yanquis.
Carlos Zambrano es, hasta hoy, el único pitcher en lanzar un juego sin hits ni carreras en terreno neutral cuando, el 14 de septiembre del 2008, humilló a los Astros de Houston en Milwakee por haber sido transferido al Miller's Park el juego debido a los efectos del huracán Ike.
Cuando Bob Feller le aplicó la excelencia al Chicago Medias Blancas en el inaugural de 1940, se convirtió en el único hasta hoy en hacerlo en apertura de temporada. El Meteoro lanzó 3 durante su gloriosa carrera.
Desde 1901 21 novatos han lanzado un no hit no run, dos de ellos en su primera apertura.
Bobo Holloman, uno de los tantos "héroes de un solo día" del beisbol de grandes ligas, lanzó un "no-no" (forma como se refieren los americanos al juego sin hits ni carreras), el 6 de marzo de 1953 desde la trinchera del San Luis Browns. El trabajo del pitcher le dio motivo al "innovador" Bill Veek, general manager del equipo y creador del slogan "cada juego es un carnaval; cada fanático un rey", para comentar: "por lo duro, difícil y profundo que fildeó el resto del club, se le debió acreditar a los 8 jugadores restantes…" Holloman actuó solo ese año y concluyó su carrera con récord de 3-7.
El 11 de agosto de 1991, en su segunda apertura en las Mayores con los Medias Blancas de Chicado, el venezolano Wilson Alvarez tiró un no-no y el 1ero de septiembre del 2007 Clay Buchholz, del Boston, lo imitó.
El 2 de mayo de 1917 Hippo Vaughn, del Chicago Cubs y Fred Toney, del Cincinnatti, llegaron al 10mo sin permitir hits ni carreras. Por dos hits productores de una anotación perdió Vaughn el no hit y el juego 0-1 en ese capítulo. El cubano Manuel Cueto, con una atrapada monumental de espaldas al home en el leftfield, preservó el trabajo impecable de Toney; mientras el indio Jim Thorpe, leyenda olímpica, conectaba el hit por el cuadro que decretó la victoria de los Rojos.
En los dugouts de los clubes que tienen un pitcher lanzando un no hit no run prevalece la superstición de no mencionar después del 7mo nada sobre la proeza en desarrollo, especie de "ni el pitcher ni el juego existen".
El 23 de junio de 1917 se produjo uno de los más famosos juegos de la historia: en Fenway Park se jugaba el primero de un doble con Babe Ruth en el box por los de casa. El serpentinero caminó al bateador Morgan abriendo el inning y le reclamó al chief umpire en home, Brick Owen, que "abriera los ojos", el magistrado le replicó que continuara la labor o lo expulsaba, pero el Bambino continuó con la protesta y le grito desde el box que lo iba a golpear; entonces Owen lo botó y Ruth se abalanzó sobre y le tiró un zurdazo que el agredido logró esquivar, no logrando igual resultado con la derecha, que lo impactó detrás de la oreja izquierda. Necesitaron de la policía y de los miembros del club para sacar del juego al pitcher, que se llevó un fuerte castigo de parte del Comisionado Ban Johnson. Entonces entro de relevo el modesto Ernie Shore, maestro de elemental en Carolina del Norte y retiró por su orden a los 27 jugadores que enfrentó logrando un juego perfecto. En Boston decían ese año que era la mejor demostración de un pitcher desde que Cy Young lanzara igual en 1904. El encuentro terminó 4-0. El shortstop Everett Scott y Duffy Lewis brillaron a la defensa con varias jugadas salvadoras.
La racha mas larga sin recibir un no hit en la Americana la impusieron los Yanquis desde el 20 de septiembre de 1958, cuando el nudillista Hoyt Wilhelm, por el Baltimore y con la ayuda del cubano Willy Miranda en el shortstop, los blanqueó sin aceptar libertades hasta 1993.
Pero a los Cubs de Chicago nadie se los ha podido imponer desde que Sandy Koufax lo hiciera de forma perfecta en 1965.
Desde la segunda mitad de la campaña de 1909 hasta la primera de 1970, ningún pitcher tiró un no hit no run en el antiguo Forbes Field, home de los Bucaneros de Honus Wagner, de los Hermanos Veneno (Paul y Lloyd Waner), de Ralph Kiner, de Clemente, de Stargell…
El uso indiscriminado del relevo, mácula del tiempo actual, ha contribuido a que algunos pichers no hayan podido apuntarse un juego de no hit.
Y el colmo, con la más garrafal decisión errada en la primera base jamás vista, un umpire privó de la gloria del juego perfecto al serpentinero Armando Galárraga.
Desde 1875 y a razón de dos por temporada se han lanzado más de 250 juegos de no hit no run en grandes ligas. Faena que puede ser la única razón por la que el nombre de un monticulista descanse en Cooperstown.
El primer hispano en jugar en Grandes Ligas fue el cubano Esteban Bellán en el siglo antepasado; pero ningún compatriota de este pionero ha podido alcanzar la gloria del no hit no run para sí y para su patria.
Nolan Ryan lanzó la barbaridad de 7 NO-RUN
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