Mucho ha cambiado desde lo acontecido aquel 2 de junio de 2010
Mañana se cumple un año, cuando ocurrió algo insólito en la grata y fecunda historia de los jugadores venezolanos en las Grandes Ligas. Un lanzador cumanés, Armando Galarraga, estuvo a punto de convertirse en el primer latino en hacer un Juego Perfecto en la Gran Carpa (y el 19º de la historia). Pero por culpa de una apreciación arbitral, esta hazaña quedó incompleta.
Eran pasadas las 9:00 p.m., cuando todo un país se enganchó a la televisión para ver a Galarraga completar la gesta. Mark Grudzielanek entregó el primer out con elevado al centro y Mike Redmond falló por la vía 6-3. Fue entonces en el turno de Jason Donald que llegó la polémica. Éste dio manso roletazo al primera base Miguel Cabera, quien con determinación lanzó a la inicial, base que Galarraga llegó a cubrir con tiempo suficiente. Armando tomó la bola y puso el pie en la almohadilla, unas diez centésimas de segundo antes de que Donald la tocara. Pero el umpire de la inicial, un tal Jim Joyce, sentenció quieto, mientras todo el estadio y los comentaristas de TV cantaban “out”.
Los rostros de Cabrera, Galarraga e incluso del intermedista Carlos Guillén, expresaron incredulidad y rabia. Protestó el manager Jim Leyland y el abucheo del público fue general. Lo que vino después fue más increíble aun. Tyler Crowe falló por la vía 5-3 y así Galarraga completó su “juego imperfecto” de 28 outs.
FAMA FORTUITA
Las redes sociales se inundaron con la noticia. La indignación estaba a flor de piel, más aun cuando se reveló que Joyce vio el video de la repetición y reconoció que “se equivocó”. Luego le pidió disculpas a Galarraga, y al día siguiente, el diestro y el árbitro la mostraron en público. Las lágrimas sacudieron al “hombre de negro”, hasta entonces el umpire más reputado de las Grandes Ligas.
La empresa General Motors, con sede en Detroit, le regaló el 3 de junio un Corvette al criollo como reconocimiento a la tremenda exhibición de pitcheo. Hasta el mismo presidente de Estados Unidos, Barack Obama, pidió que se revirtiera la jugada y se le concediera el “Perfect Game”; pero el comisionado Bud Selig dijo que “era imposible”.
“NOBODY IS PERFECT”
Tanto Galarraga como Joyce opacaron con su ejemplar comportamiento el temario deportivo por entonces. Fueron invitados a varias galas, premiaciones y con el tiempo decidieron contarlo todo en un libro escrito en conjunto: el título es obvio: “Nobody's Perfect” (Nadie es perfecto), y sale a la venta hoy en Estados Unidos.
NO MÁS PERFECCION
Desde aquel día, Galarraga no tuvo más suerte. Realizó 21 aperturas en las cuales solo pudo ganar 2 y perder 8, siendo dejado libre por Detroit al término de la campaña.
En 2011 es contratado por Cascabeles de Arizona, con los cuales registra foja de 3-4 y 5.91 de efectividad antes de ser bajado a Triple A. “Sólo estoy aquí por el dinero. Me tienen que pagar $ 2,3 millones sólo por estar aquí”, afirmó Galarraga en días pasados, mostrando su frustración por el mal momento que atraviesa.
Eran pasadas las 9:00 p.m., cuando todo un país se enganchó a la televisión para ver a Galarraga completar la gesta. Mark Grudzielanek entregó el primer out con elevado al centro y Mike Redmond falló por la vía 6-3. Fue entonces en el turno de Jason Donald que llegó la polémica. Éste dio manso roletazo al primera base Miguel Cabera, quien con determinación lanzó a la inicial, base que Galarraga llegó a cubrir con tiempo suficiente. Armando tomó la bola y puso el pie en la almohadilla, unas diez centésimas de segundo antes de que Donald la tocara. Pero el umpire de la inicial, un tal Jim Joyce, sentenció quieto, mientras todo el estadio y los comentaristas de TV cantaban “out”.
Los rostros de Cabrera, Galarraga e incluso del intermedista Carlos Guillén, expresaron incredulidad y rabia. Protestó el manager Jim Leyland y el abucheo del público fue general. Lo que vino después fue más increíble aun. Tyler Crowe falló por la vía 5-3 y así Galarraga completó su “juego imperfecto” de 28 outs.
FAMA FORTUITA
Las redes sociales se inundaron con la noticia. La indignación estaba a flor de piel, más aun cuando se reveló que Joyce vio el video de la repetición y reconoció que “se equivocó”. Luego le pidió disculpas a Galarraga, y al día siguiente, el diestro y el árbitro la mostraron en público. Las lágrimas sacudieron al “hombre de negro”, hasta entonces el umpire más reputado de las Grandes Ligas.
La empresa General Motors, con sede en Detroit, le regaló el 3 de junio un Corvette al criollo como reconocimiento a la tremenda exhibición de pitcheo. Hasta el mismo presidente de Estados Unidos, Barack Obama, pidió que se revirtiera la jugada y se le concediera el “Perfect Game”; pero el comisionado Bud Selig dijo que “era imposible”.
“NOBODY IS PERFECT”
Tanto Galarraga como Joyce opacaron con su ejemplar comportamiento el temario deportivo por entonces. Fueron invitados a varias galas, premiaciones y con el tiempo decidieron contarlo todo en un libro escrito en conjunto: el título es obvio: “Nobody's Perfect” (Nadie es perfecto), y sale a la venta hoy en Estados Unidos.
NO MÁS PERFECCION
Desde aquel día, Galarraga no tuvo más suerte. Realizó 21 aperturas en las cuales solo pudo ganar 2 y perder 8, siendo dejado libre por Detroit al término de la campaña.
En 2011 es contratado por Cascabeles de Arizona, con los cuales registra foja de 3-4 y 5.91 de efectividad antes de ser bajado a Triple A. “Sólo estoy aquí por el dinero. Me tienen que pagar $ 2,3 millones sólo por estar aquí”, afirmó Galarraga en días pasados, mostrando su frustración por el mal momento que atraviesa.
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