BEISBOL 007: PEOR QUE EL BEISBOL ORGANIZADO CON LAS MINORIAS

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sábado, 5 de febrero de 2011

PEOR QUE EL BEISBOL ORGANIZADO CON LAS MINORIAS


 Hay regulaciones en las grandes ligas que tienen que ver con la admisión de cuotas de minorías en niveles de dirigencia de oficina y/o de terreno; por supuesto que no fueron hechas para cumplir con los hispanos; sino con los negros americanos. Pero a fuerza del empuje por la clase del jugador latino en el grueso de las estrellas del pasatiempo, pues la parte central, suramericana y caribeña, se logró “colar” en la fiesta.
       El caso cubano es aparte, porque el primer hispano que cumplió funciones como dirigente de un club de liga grande fue Mike González cuando, de forma interina, dirigió la edición de los Cardenales de San Luis de 1938. El reglano integraba la plantilla del club como coach desde dos años antes y Adolfo Luque fue, durante esa época, entrenador de pitcheo de los Gigantes de Nueva York.
       En 1958-60, Regino Otero trabajó como coach de los Rojos de Cincinnatti, que agregaban a la plantilla a un scout de primer orden en el entrenamiento y manager de éxito en el invierno de varios países y en el verano mejicano: Wilfredo Calviño.
   Después, en 1969, con el San Diego, Preston Gómez se convirtió en el primer manager de minorías del beisbol a tiempo completo, antes de que los Indios de Cleveland contrataran a Frank Robinson en los setentas. El primer negro en actuar como manager de un club de liga grande fue Gene Baker, infielder de los Piratas de Pitt. Quien, como interino, sustituyó en dos juegos a Danny Murtaugh en 1960 y, dos años después, dirigió en Triple-A; el primero, en funciones de oficina-terreno, el ex jugador y manager de los Monarcas de Kansas City, Buck O’Neill, como coach con los Cubs de Chicago, para los que antes había trabajado como scout con el mérito por la firma de Ernie Banks y de Lou Brock.
     Poco a poco los hispanos se han ido haciendo presente con mayor o menor éxito en funciones de administración o como managers, con Felipe Alou y Ossie Guillén considerables en rango de exitosos, seguidos por Carlos Tosca, Freddie González, Luis Pujol, Tony Peña, Cuqui Rojas, Manny Acta, Edwin Rodríguez o Tany Pérez.
       El problema es que, mientras a veces se critica lo que ocurra con los managers o candidatos hispanos en el Beisbol Organizado, no se toma en cuenta que el Caribe, cada año y en todos los países, tiene uno ó más importados, preferentemente americanos.
        Desde la época de los cubanos Dihigo, Salazar o Cheo Ramos en México, Venezuela, Dominicana…hasta la “era” Regino Otero en Venezuela y Castaño o Calviño en casi todo el Caribe y tierra azteca, existe el problema
        En toda la historia del beisbol cubano actuaron tres managers americanos: Lefty Gómez, durante lo que se conoció como la división del beisbol por efectos de la suspensión, por el Beisbol Organizado, de quienes fueron a México tentados por el dinero y el éxito efímero de la “era” de los Pasquel; Billy Herman, a quien el Cienfuegos le quedó grande, porque no pudo, no supo o no quiso entender el tipo de beisbol apasionado que se jugaba en Cuba y Bobby Bragan, que condujo a los Alacranes del Almendares al campeonato dos veces, con un peculiar estilo de protesta ante el hombre de peto, careta y escobilla.
        Pero, con el paso del tiempo, el incremento del importado para dirigir,  específicamente cubanos o americanos, creó, en muchos países del área, una situación solo validada como menosprecio del talento nativo.
        Este año, en todo el circuito invernal hubo, por lo menos, un manager americano.
       El problema que prevalece, con respecto a importar dirigentes americanos en el terreno, se debe a que los dueños de clubes del área confían menos en el éxito nativo que el Beisbol Organizado en las minorías.
        Para mí no hay otra forma de ver el problema y nadie debe aplicar aquello de que “al nacional no le juegan porque no lo respetan”. Los hispanos no son incapaces por una circunstancia de divorcio entre la personalidad y la responsabilidad. Lo que ocurre es que en el Caribe no se le da oportunidad al nacional en la creencia, casi complejo arcaico para estos tiempos, de que, “si es americano, tiene que saber mas…”.



Andrés Pascual     / Cronista Cubano del Diario de Las Americas
Exclusivo para BEISBOL 007  

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