CLUB DEFENSIVO, OPCION PRINCIAL DE EDWIN RODRIGUEZ
Por Andrés Pascual
¿Qué es un club defensivo en el beisbol? A no dudarlo, el que tenga buenos pitchers abridores y “cinchetes” como relevistas, por ahí empieza la defensa; después, que cuente con una línea central brillante, de la cual la combinación de torpedero y segunda logren la química suficiente para conseguir que la doble jugada de out se constituya en rutina diaria; que el tercera base “pare bolas” y que saque corredores con un brazo por encima del promedio y que el inicialista sea capaz de recoger pelotas que reboten por tiros malos al suelo, altos o afuera; los jardineros, con buenos brazos y uno en el centro que cubra terreno hacia ambos lados y que fildee hacia delante con precisión y medida. Un buen receptor, acorde con la calidad del pitcheo, que también saque corredores al robo.
Pero una buena defensa no ratifica a un ganador, ni siquiera a un club de .500 de promedio si no hay “team work” y si no se anotan la cantidad decente de carreras que le quiten presión al pitcher y le hagan actuar con cierta comodidad de vez en cuando.
Los Dodgers de los 60’s fueron un club defensivo y, como ocurre casi siempre con el equipo que se convierte en cerrojo, pues su juego ofensivo se basó en la velocidad, en el corrido de las bases, en el bateo y corrido, en el intento por alcanzar una base más con la conexión, en el uso de jugadores con el pie en el acelerador como primer mandamiento…en el juego caliente y agresivo que no permitía el respiro del cuadro enemigo.
Si, los jugadores de traje sucio, tan valiosos como los artilleros de largo metraje, porque pueden entrar al plato con la carrera decisiva, desde tercera, con una bola que no retuvo el catcher y le quedó a pocas pulgadas.
Si los Marlins son capaces de mejorar el fildeo, si pueden jugar para promedios decentes en la defensa individual y general del club, todavía tienen que definir el tipo de juego ofensivo que van a utilizar, si basado en un poder que no tienen, con la excepción de Mike Stanton, o en la velocidad del primero al tercero, con un bache en el propio artillero y en el inicialista Gaby Sánchez.
El pitcheo abridor es bueno y necesitan que el relevo responda “como Dios manda”, sin embargo, Javier Vázquez, mientras no demuestre lo contrario es, más que una gran adquisición, un número de lotería que puede convertir en un desperdicio monumental 7 millones de dólares y en un vergonzoso fracaso anunciado la decisión de traerlo al equipo.
A fin de cuentas, el cuadro interior nadie sabe cómo será, porque, al antesalista Matt Domínguez, lo mismo lo elevan a las nubes, que lo dejan caer con la amenaza de que Emilio Bonifacio está “oyendo la conversación” y, si en realidad el tipo no es un buen bateador, que pueda mantener un trabajo que requiere bateo con poder, ¿A que experimentar con el riesgo de perder juegos porque no pueda ayudar? El mejor movimiento en los papeles fue la adquisición del intermedista venezolano Infante, veremos cuando arranque la molienda.
Ahora, si Edwin Rodríguez no logra el team work y no se puede identificar el líder, por muchas pelotas que se fildeen, por buenas y sostenidas aperturas que produzcan los abridores, no habrá posibilidad ni de clasificar, ni de jugar con la decencia de un club que va a inaugurar estadio en un año, por lo que requiere de la asistencia para mantener sanas las finanzas que contenten a todos en la Organización.
Pie de grabado: Líder, con esas características, el hombre es Stanton y a corto plazo.
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