Meet the Mets, meet the Mets, step right up and greet the Mets.
Bring your kiddies, bring your wife, guaranteed to have the time of your life.
Because the Mets are really sockin' the ball, knockin' those home runs over the wall...
Así va la conocidísima canción de los sesentas que literalmente invita a todos los aficionados a venir al parque con toda la familia a ver a los Mets de Nueva York, prometiendo un sinfín de diversión, jonrones y una tarde de lo mejor.
(Haz clic aquí para escuchar la canción en YouTube).
Al finalizar la temporada 2009 no se escuchó mucho la tonadita en las gradas del Citi Field, que todavía con olor a nuevo, fue testigo de una de las peores malas rachas de lesiones en la historia de las Grandes Ligas.
En diciembre resumimos la deplorable temporada inicial en la nueva casa de los Mets, y el interminable inventario de lesionados que enfrentó el equipo... mientras muchos decían que fue sólo mala suerte... y que el 2010 sería otra historia.
Este pasado lunes (a plena vista) como que la mala estrella no había cambiado, con Reyes, Beltrán y Murphy en la lista de lesionados, y el relevista Francisco Rodríguez apenas de regreso de Venezuela, donde dos de sus hermanos resultaron heridos en un accidente automovilístico.
"El año que viene tenemos la oportunidad para empezar como nuevos", nos dijo Nelson Figueroa al terminar la campaña pasada.
Y el veterano lanzador derecho, que irónicamente fue reasignado por los Mets (y dicen las malas lenguas que va de camino a los Filis), quizás tenía razón.
Desde temprano en Citi Field se respiraba algo que hacía mucho tiempo no se sentía en Queens: un aire de esperanza. De que este año sí... de que esta vez sería diferente.
Con el as Johan Santana haciendo lo suyo en el montículo, completamente recuperado de su cirugía de codo, y con David Wright estrenándose en la primera entrada con un cuadrangular para dos carreras, de ahí en adelante los Mets parecían tener otra cara, la de un equipo ganador.
Incluso Jason Bay, bajo muy poca fanfarria, como él mismo lo prefiere, lució como que merecía cada uno de los millones que le costó a Minaya, con un sencillo y un triple que pusieron a gozar a la afición en Citi Field.
Y los latinos no se quedaron atrás, con buenas actuaciones para los boricuas Alex Cora y Ángel Pagán, y con el hermano dominicano Luis Castillo con una de las siete carreras anotadas.
Hacía mucho tiempo que no se veían tantas sonrisas en las calles cerca del tren número 7...
Al finalizar el partido, de regreso a la ciudad, veintidós, sí 22 personas que nos vieron vestidos con los colores naranja y azul (bueno... les fui traidora a mis Yankees, pero que conste que era una camiseta de Beltrán que me regaló mi papá) nos preguntaron: ¿quién ganó? Y al responder: 7-1... los Mets, cada sonrisa de oreja a oreja fue inolvidable.
Incluso al responderle a un policía dando tránsito, éste detuvo la avenida principal para dejarnos cruzar hasta nuestro destino en la acera opuesta, gritando... This is our year! (¡Este es nuestro año!)
Y les juro que cuando íbamos cruzando oí bien bajito... Meet the Mets, meet the Mets, step right up and greet the Mets... pero un póster del campeonato número 27 de los vecinos del Bronx me trajo de nuevo a la realidad... 161 juegos más.
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