NUEVA YORK -- David Ortiz ya no es el mismo de antes y no es sólo por el hecho que estos días abanica la brisa con demasiada frecuencia.
Siempre radiante y bromista en el clubhouse de los Medias Rojas, el designado dominicano ahora suele andar cabizbajo y brusco al hablar.
Peor aún perdió los estribos cuando soltó un rosario de obscenidades a reporteros, al ofuscarse por una pregunta sobre su mal arranque de temporada.
Como calco del año pasado, Ortiz está teniendo un inicio desastroso con el bate. Al iniciar el miércoles, su promedio era de .136, producto de tres hits en 22 turnos. También totalizaba 11 ponches con apenas una carrera producida.
El mal humor se entiende. Sabe que su futuro con los Medias Rojas corre peligro, si no revierte el actual patrón.
En Boston no hay vacas sagradas y eso lo puede atestiguar Nomar Garciaparra, un ídolo al cual decidieron transferir en 2004. El equipo terminó mejor con el cambio y ganó su primera Serie Mundial desde 1918.
Cualquiera puede tener una mala racha, pero en el caso particular del "Big Papi" es la propia calidad de sus turnos.
Una cuenta que llama la atención es que Ortiz ha fallado en el 44% de sus swings esta temporada, según Inside Edge, una firma que hace análisis para scouts. Previo al miércoles, se había ponchado en ocho de sus últimos nueve turnos.
El coach de bateo de los Medias Rojas Dave Magadan comentó que ahora mismo Ortiz está haciendo ajustes en su mecánica y que "está algo inseguro de la zona de strike".
Ortiz pasó por el mismo calvario hace un año, cuando no fue hasta el 20 de mayo que pudo disparar su primer jonrón. Pero fue el líder de la Liga Americana con sus 27 vuelacercas dentro del periodo que cubrió del 6 de junio hasta el final de la temporada regular.
Ese repunte en los últimos cuatro meses le permitió maquillar el desastre de sus primeros 49 juegos.
El problema que ahora afronta es que esta vez los Medias Rojas no van a esperar hasta junio por más que el manager Terry Francona y Magadan insisten que le darán tiempo por más que arrecian las voces que piden más oportunidades para Mike Lowell, a quien el club infructuosamente intentó canjear durante el receso.
"Le están haciendo pitcheos difíciles ... y cuando tiene un pitcheo bueno, no hace nada", comentó Magadan. "Pero esto es un proceso, tenemos que ser pacientes".
"Creo que está frustrado. Hasta cuando empiece a batear como sabe, tendrá que aguantar (los cuestionamientos de la prensa), yo también y todos los demás", dijo Francona al advertir que todo se magnifica por la presión que implica jugar en Boston.
Algunos dirán que las críticas a Ortiz son apresuradas, ya que ni siquiera han pasado dos semanas en la temporada.
Se menciona que nadie ha pegado al grito cielo por otros bateadores que andan a los tumbos. Tal es el caso de Mark Teixeira, el primera base de los Yanquis de Nueva York que inició el año con apenas tres hits en 27 turnos para un promedio de .111 que incluso es peor al de Ortiz.
Pero eso es lo habitual para Teixeira en abril. En su año de novato en 2003, por ejemplo, se fue en blanco en sus primeros 16 turnos. El año pasado, tras redondear promedio de .200 en su primer mes en Nueva York, Teixeira acabó con .304 y 36 jonrones, quedando segundo en la votación al Jugador Más Valioso.
Mientras los Yanquis están muy seguros que Teixeira repuntará, Ortiz representa un mar de interrogantes.
Y Ortiz sabe que este año es vital para su futuro por ser la última temporada garantizada en un contrato que incluye una opción para 2011.
"Tengo que seguir haciendo swing", dijo Ortiz tras un juego en Minnesota el lunes. "Tengo que seguir luchando cada turno y confiar que todo cambiará".
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