Cuando hizo acto de presencia al inicio de la pretemporada, David Ortiz bromeó cuando le mencionaron que lucía muy bien del físico. "Me tienen que ver desnudo", dijo.
Debe ser bueno para los Medias Rojas de Boston que su bateador designado pueda desplegar la jovialidad y humor que siempre le han caracterizado. Los últimos tiempos no han sido fáciles para el dominicano.
Envuelto en la vorágine de nombres salpicados por el consumo de sustancias para mejorar el rendimiento, Ortiz fue como un fantasma en el plato durante los dos primeros meses de 2009.
Apenas había conectado un jonrón y producido 21 carreras hasta el 5 de junio. Su promedio al bate estuvo por debajo de .200. Pasó 149 turnos sin llevarse la cerca, el ayuno de jonrones más prolongado de su carrera.
No era el "Big Papi" que en 2006 sacudió 54 cuadrangulares o que en 2007 bateó para .332.
Tras ser relegado a la banca por tres partidos y bajar puestos en el orden ofensivo, Ortiz reaccionó para ser el máximo jonronero de la Liga Americana a partir del 6 junio con 27. También remolcó 78 carreras desde esa fecha.
Los Medias Rojas necesitan imperiosamente que Ortiz no repita la película y sostenga una producción nivelada de principio a fin.
Esto obedece a que este es un equipo que presenta limitaciones ofensivas ahora que Jason Bay, su líder de jonrones el año pasado con 36, firmó como agente libre con los Mets de Nueva York y nadie --dígase un bateador de poder-- fue contratado para reemplazarle.
"Todos saben de lo que soy capaz. La gente pasa por sus momentos difíciles. Hay gente que sabe recuperarse, así que yo estoy muy entusiasmado con esta temporada", dijo Ortiz, quien estará más motivado al querer demostrar su valía en el último año garantizado de su contrato.
Después de una campaña en la que no pudo con la maquinaria de los Yanquis de Nueva York en el Este de la Liga Americana y cayeron eliminados en la primera ronda de los playoffs, Boston es un equipo muy diferente.
Hay cinco nuevos titulares en ocho de las posiciones defensivas con respecto al arranque del año pasado. Productos de canjes o fichajes desde el curso de la pasada campaña, los nuevos rostros son los del receptor Víctor Martínez, el torpedero Marco Scutaro, el tercera base Adrián Beltré, el jardinero central Mike Cameron. Además, Jacoby Ellsbury pasó del central al bosque izquierdo con el arribo de Cameron.
Y como si fuese poco lograron atrapar al mejor pitcher abridor que estaba disponible en la agencia libre al obtener a John Lackey.
Boston quiere depender más de los pilares de pitcheo y defensa.
La rotación luce tremenda y con un dilema que otros clubes envidian: un abridor de sobra. Cameron y Beltré gozan de la reputación de ser formidables fildeadores, al igual que Scutaro.
Lackey, quien era el as de los Angelinos de Los Angeles, se une a Josh Beckett y Jon Lester para conformar tal vez el mejor trío de abridores de las mayores. Daisuke Matsuzaka, Clay Buchholz y Tim Wakefield son los otros, y el piloto Terry Francona deberá sacrificar a uno de ellos.
Hay varias opciones. El nudillero Wakefield podría ser el sacrificado debido a que viene de operarse la espalda. Quizás alguno termine en el bullpen en forma transitoria. Tampoco se debe descartar un canje.
Aunque Billy Wagner y Takashi Saito se fueron a Atlanta, el bullpen sigue fuerte.
Jonathan Papelbon logró rescates 38 rescates y 1.81 de efectividad.
Daniel Bard e Hideki Okajima serán sus preparadores.
Un Ortiz como en sus viejos tiempos es fundamental en una ofensiva que podría declinar sin Bay.
Tampoco que va a estar mal al contar con el segunda base Dustin Pedroia (el Más Valioso de la Americana); el inicialista Kevin Youkilis (.305 de promedio y 94 remolcadas); y el venezolano Martínez (.303 y 108 producidas).
Tanto al dominicano Beltré como a Cameron podrían venirle muy bien batear en el Fenway Park. Que cada uno pueda conectar al menos 20 jonrones no es imposible.
El aporte de J.D. Drew (24 jonrones y 68 impulsadas) en el jardín derecho suele ser menospreciado, mientras que el venezolano Scutaro (.282 y 60 remolcadas) finalmente deberá dar estabilidad en el campocorto y es un lujo que su madero sea el noveno en el orden ofensivo.
Boston también tiene una banca con gente que sería titular en otros sitios.
--Su capitán Jason Varitek ha quedado en un papel secundario con la llegada de Martínez.
--Jeremy Hermida es el cuarto jardinero. Bill Hall y Jed Lowrie son los suplentes del cuadro interior.
--¿Que pasará con Mike Lowell? El boricua fue transferido a Texas durante el receso, pero la negociación se truncó cuando se le descubrió una dolencia en la muñeca. Beltré le ha quitado la posición y se da por descontado que podría irse en cualquier momento. Pero Lowell también es una pieza valiosa, una especie de póliza en el caso de lesiones de Ortiz, Beltré o Youkilis.
Hay que recordar la versatilidad a la que Francona puede recurrir. Youkilis es apto para la antesala y Martínez también puede hacerlo en la inicial.
Boston ganó dos coronas de Serie Mundial la década pasada y nuevamente se enfrascará en una batalla a muerte con los Yanquis por el cetro de su división. Pero el wild card parece ser el camino rumbo a otra postemporada.
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