Cuando se hable de los mas grandes managers que han dirigido en Venezuela, el nombre de Regino Otero se tiene que poner en letras mayúsculas. Regino , que antes de ser dirigente, fue un tremendo pelotero, Es el dirigente que ha obtenido mas campeonatos en nuestra liga de béisbol profesional.
A Regino Otero siempre se le recuerda como managers exitoso , en el Caribe en general y sobre todo en Venezuela, dirigiendo a los "industriales del Valencia" y a los "Leones del Caracas" en las décadas de los 50 y 60.
Otero siempre desde su debut en la pelota amateur Cubana con el Club Acción Republicana, siempre demostró un gran talento para jugar a la pelota. Su fuerte era la defensiva, pero su bate también era efectivo, a pesar de que no tenia fuerza jonronera, condición que en esa época le pedían a los inicialista. Participa en la Liga Profesional Cubana desde 1936 hasta 1953, con los equipos del Habana (1936-37), Santa Clara (1939-40), Cienfuegos (1945-46,donde también jugo con el Almendares), Havana Reds en el torneo de la Federación Nacional en el estadio La Tropical (1946-47), Cienfuegos (1947-53). en total jugo 480 partidos en 13 temporadas. Su promedio de bateó fue de 242 de ave, 499 imparables en 2.068 vb con 177 carreras empujadas.
A continuación les transcribo un articulo publicado por el famoso cronista Fausto Miranda para la revista Carteles, publicado en la Habana,Cuba el 27 de enero de 1952, que nos da cuenta del tipo de pelotero que era Regino Otero y su valía para cualquier equipo para el que jugara :
"¡Sólo hay un Regino Otero!"
"Hay en él béisbol la realidad bien aceptada de que jugadores de outfield, de tercera y primera bases, son los que deben repartirse el poder ofensivo de un equipo. A los otros, el pitcher en primer término, el camarero, él torpedero y hasta el catcher, se les toleran discretos promedios al bate. Esto no quiere decir que no sea conveniente un buen bateador aunque sea regular de una de estas posiciones, porque Dickey, como catcher, Hornsby como antesalista, Appling como torpedero, por citar sólo tres, han sido luminarias del bateo...
"El inicialista es casi siempre, o debe serlo, un rompecercas temible. Un impulsador de carreras. Después se considera su labor al campo. Y han existido muchos que le pegaron fuertemente a la pelota y, más o menos elegantes o espectaculares, fildearon horrores en la inicial. Entre ellos Bill Terry. Luminaria con el mascotín, aceptando lo que otros no aceptaban, y pegándole a la bola con tanta seguridad y con tal rudeza, que de él dijeron los críticos que "era el lógico tercer bateador en cualquier novena de pelota".
"Nosotros tenemos un inoculaste que nunca se ha destacado como bateador que echa las vallas abajo, que produce una docena de jonrones y que impulsa más carreras que nadie. Pero, se ha comportado con admirable consistencia en el uso del roble divino, y ha pegado más hits y ha hecho por su conjunto cosas que no han hecho otros... Ese es Regino Otero. Y todos los años cuando el Cienfuegos comienza a preparar su team no faltan los sabelotodos que a la hora de comentar quién será el hombre para la primera base, dicen que "es una lástima que Regino no bateara un poco más".
"Pero, si Regino no fuera el bateador aceptable que sin duda es, habría que mantenerlo siempre en el line up de un equipo cubano, porque los hits que muchas veces no produce se los arrebata al contrario con engarces increíbles. Y esto no es lo más importante. Hay que ver las cosas que hace Regino en la inicial... Las ocasiones en que salva una entrada para su equipo, cuando un infielder, teniendo que hacer un envío urgente, lo hace wild y Regino atrapa, estirándose, dando un salto, echándose hacia atrás, dejándose caer a lo largo en el suelo, hachando cosas que no hacen otros inicialistas, para completar un out o para evitar que la bola se escape.
"Difiérase que Regino es un show dentro del espectáculo beisbolero. Verle fildear es un "acto" más que disfruta el buen espectador que paga por presenciar un juego de pelota. Regino no es un prestidigitador, sino "un mago", porque los prestidigitadores hacen juegos malabares con algún objeto a la vista, y los "magos" los desaparecen o los "aparecen" nadie sabe de dónde ni cómo. Regino coge lo imposible y lo hace con una seguridad, con una elegancia, con un valor que únicamente viéndole es capaz uno de comprobar cuanta eficiencia y cuantos recursos tiene este infielder inigualable que es un verdadero artista de la primera base.
"Algún día ha de hacerse justicia con Regino Otero. Siendo uno de los jugadores más corajudos y más eficientes del béisbol cubano, no acaba de entrar en el grupo de los grandes ídolos -Marrero, Miñoso, Ortiz, Héctor, etc.-, porque, como se ha dicho en los comienzos de estos apuntes, el público, saturado por la realidad vieja en el béisbol de que el inicialista debe ser un rompecerca, muchas veces no toma en serio las jugadas formidables e increíbles que hace un hombre como este Regino Otero inigualable e indiscutible sin darse cuenta que hay oportunidades en que a un equipo le es de más utilidad una buena joya defensiva que un batazo de largo metraje. Todo depende de la oportunidad con que se produzca."
FAUSTO MIRANDA, 1952
Nace Regino Otero en la Habana el 7 de Septiembre de 1915. Su debut en la pelota organizada de los Estados Unidos fue jugando para el Trenton de la liga New York-Pensylvania. Después lo hizo para el Greenville (1039-40), Sprinneld (1941), Utica (1942), Los Angeles de la Costa del Pacifico (1944-45). asciende al mejor béisbol del mundo en la temporada de 1945 con los Cachorros de Chicago en la liga Nacional, donde se fue de 23-9 para un 391 de average.
En la década de los 50 comienza su trajinar como Managers , Cuba y Mexico fueron testigo se su tremenda calidad para dirigir béisbol. Venezuela es la tierra donde verdaderamente Otero desarrolla todo su potencial . Ganó campeonatos guiando las riendas del Valencia (55-56,57-58,58-59);Caracas (61-62,63-64,66-67,67-68), números que lo ponen en el salón de la fama del béisbol Venezolano en el 2009.
Falleció de un ataque al corazón en la ciudad de Hialeah,Florida, el 21 de octubre de 1988.
AUTOR : GUSTAVO HIDALGO