BEISBOL 007: THEO EPSTEIN, BRUJO MAYOR DE MAJOR LEAGUES BASEBALL

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martes, 25 de octubre de 2016

THEO EPSTEIN, BRUJO MAYOR DE MAJOR LEAGUES BASEBALL


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Por Andrés Pascual
En el capítulo curiosidades del beisbol, los 71 años de alejamiento de la Serie Mundial de los Cubs, inscriben al jugador de plantilla de los Ozenos de Maddon, Dexter Fowler, como el primer pelotero negro que irá al evento por el club, porque, cuando Rickey y los Dodgers derrumbaron el muro (Noviembre de 1945), el team de la Ciudad de los Vientos perdió contra Detroit un mes antes y no jugará otra vez sino hasta mañana, en que enfrentará a los Indios de Cleveland por el máximo honor colectivo que ofrece el beisbol.
El año pasado escribí lo que leerá a continuación y está en el link de CNN más abajo: “Algo se debe reconocer con la llegada de Joe Maddon al club de Billy Herman, y es que con este hombre ahí, posiblemente se haya convertido en propuesta de favorito para la próxima temporada. Con un “pasaíto de mano” están discutiendo, con un poco de suerte estarán en Octubre, pero en la Serie Mundial…”
Ahora tómese el trabajo de abrir este otro link de mi blog “eltubeyero22.com” de Las Mayores (también en el oficial desdeelmontículo.com MLB.es), para que lea una sospechosa curiosidad, relacionada con los Cubs que perdieron en 1918 contra el Boston Red Sox de Babe Ruth:
Analizando fríamente las derrotas del Chicago Cubs ¿Podría concedérsele a la suerte o al juego inferior, a aquella en que se comenta que arreglaron juegos un año antes que sus hermanos del otro lado de la ciudad?
La leyenda urbana del restaurantero y el chivo (como la Maldición de Ruth antes y después de los Yawkey’s), ha servido para entretener y desviar la atención de lo poco que hicieron los Wrigleys por habilitar un club balanceado y competitivo; desde que le vendieron al intermedista cubano Tony Taylor (más rápido que Glenn Beckert y más versátil, de mejor WAR, 15.8 por 23.3, y mejor promedio de embasamiento que el americano, aunque menos bateador .261 por .283) al Filadelfia y a Lou Brock a los Cardenales.
¿Qué hubiera pasado a mitad de los 60’s si…? nadie lo puede asegurar, pero al lado de Billy Williams, de Santo, de Ernie, de Ferggie…los que mencioné, tengo la impresión de que el club de Gibson no hubiera podido con esta gente para 1964, porque jugaron con Brock en el outfield, que se convirtió en el líder desde que llegó a San Luis.
Y no puede separarse de la actuación negativa sempiterna de los Cubs, cuando el propio Paul Wrigley decidió dirigirlos e instauró “el colegio de coaches” (material ilustrativo mío al final del párrafo, también de mi blog eltubeyero22.com), que estipuló que todos los asistentes de la novena “tenían que dirigir”, para lo que bajó de la cabina de narración a Lou Boudreau incluso, que había ganado con Cleveland en 1948 como manager-jugador:
El sentimiento racista del millonario del chiclet lo puso de manifiesto al dejar fuera del experimento al venerable Buck O’Neil, que dirigió y jugó para los Monarchs y para el Almendares y que firmó a Ernie Banks y a Lou Brock para el dueño que despreció su tacto, su vista y su inteligencia de mentor por el color de su piel posiblemente.
El capricho de los Wrigleys, su imposición de dueños irreverentes fue tal, que pusieron luces a mitad de los 80’s y arreglaron una escalera de madera vieja para llegar al palco de prensa, más peligrosa que pasar las cataratas de Iguazú sobre una soga, a finales de esa década.
En 1945 los Cubs debieron ganarle al Detroit, estuvieron en la Serie Mundial con Cavaretta, Stan Hack, Hank Sauer y Andy Pafko, jugadores de clase reconocida, bateo efectivo y oportuno, lo demostraron cuando abrieron el evento derrotando 9-0 al fenómeno Hal Newhouser, en esa época, el mejor zurdo de Grandes Ligas, que descansa en Cooperstown. Pero cayeron en 7 juegos.
Los bengaleses mantenían desde 1931 al super-artillero Greenberg, quien, con Eddie Miercovich, jugó en Cuba, con el pitcher estrella de USA en la Serie Mundial Amateur de 1941, Stubby Overmire, con el indio sioux Rudy York y con los serpentineros Dizzie Trout y Virgil Truck, además de Newhouser, fueron un gran equipo para una serie corta que, con chivo o sin chivo, se sabe por experiencia y tradición que la gana cualquiera, sobre todo quien tenga mejor pitcheo y fue ese departamento el que decidió para Detroit en 7 juegos, el bullpen de los Cubs, con Derringer como mariscal, no pudo imponerse al staff de los felinos.
1945 fue el último año de Hank Greenberg en el Joven Circuito, el siguiente lo sorprendió enfundado en la franela pirata, tratando de producir para Pittsburgh al lado del joven y mejor jonronero de promedio de por vida de la historia (36.1, 101 impulsadas en 10 años), Ralph Kiner.
Dos veces trataron durante los 30’s contra los Yankees, entonces tuvieron al camarero Billy Herman, HOF que dirigió al Cienfuegos en Cuba, pero no pudieron, porque, para los Bombarderos de verdad, cañoneaban Gehrig, Dimaggio, Heinrich, Keller, Gómez, Crosetti.
En total estuvieron en 1932, 1935 y 1938 en el Clasico de Octubre y no pudieron ganar, en 1929 perdieron contra los Elefantes Blancos de Connie Mack, Serie Mundial que convirtió al catcher cubano Miguel Ángel González en el segundo criollo que asistiera al evento.
En el 2003 no debieron perder, pero se sugestionaron cuando un fanático (como contra Baltimore por los Yankees en 1997) provocó la derrota de unos Marlins que estaban perdidos, al quitarle en la cara un foul con dos outs a Moisés Alou, mientras tenían en la trinchera al mejor prospecto de pitcheo de todas las Grandes Ligas, realizando una faena brillante, Mark Pryor.
A estos nuevos Cubs llegó el “padre” Theo Epstein (foto), a exorcizarlos a pesar de su juventud, que hizo en Boston lo que no pudieron ni Williams ni Tiant ni Rice ni Yaz ni Clemens o Lonborg y ahí están…
Epstein trajo a Maddon (que declaró lo importante del beisbol invernal en referencia a Contreras y a Báez, reconocimiento tan pocas veces hecho por alguna figura de Grandes Ligas que no recuerdo otro) porque, como genio de las operaciones que es, acaso por su herencia hebrea, entendió que el hombre de Tampa era el crucifijo necesario para la sanación mesmérica.
Lo demás ha sido un buen staff más Chapman y un equipo joven que juega sereno, sin miedo al resultado del juego y con tal clase, que algunos están entre los tres mejores por posición en ambas ligas, como Rizzo, como Bryant, como Russell, como Báez, el boricua que ha rendido un mundo y juega a matarse, como el catcher Contreras,
Este equipo no debe perder la Serie Mundial, a pesar de lo controversial del pronóstico para series cortas, pero pasaron por sobre dos franelas de respeto…
Por descontado se puede decir que estaremos ante un gran Clásico Otoñal, de franelas veteranas aunque sin cuentas personales que saldar.

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