BEISBOL 007: NO SE HABLA SIN CONOCER: PUIG, ULTUS Y CARLOS PAULA

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martes, 28 de junio de 2016

NO SE HABLA SIN CONOCER: PUIG, ULTUS Y CARLOS PAULA


paula la mejor


Por Andrés Pascual
En todo hay que ser justo, que no puede confundirse con actitud concesiva ni derrotista nunca, entonces la única forma de imponerse demoledoramente a la tiranía es con la verdad, aunque duela el desequilibrio.
Ha sido norma de los plumíferos castristas desempolvar el incidente, archiconocido desde 1947, de que a Jackie Robinson “lo pusieron los bandidos de la seudorrepública”, cuando visitó La Habana con el Montreal para completar el entrenamiento de ese año, en un hotel para negros (incluía a blancos, chinos o conchinchinos que no pudieran pagar excelencias). Y fue verdad, pero la información nacida en la Isla Cautiva es mentira y persigue confundir…al que se deje.
Algún que otro historiador no cubano ha repetido el guión exactamente igual después de leer a la putiferia de la tiranía.
Hay un “revolú” continental que pretende acreditar a una mafia asesina y ladrona como “fair ball”, la “corriente” busca imponer como verdades los comentarios e informaciones nacidas en oficinas de contrainteligencia militar y política, incluso la crónica de Puerto Rico, que aparenta/pide a gritos QUE LE IMPONGAN el comunismo, se ha hecho eco de la satrapía y repiten la cantaleta sobre Jackie Robinson, sin tener en cuenta que se juegan todo sin medias tintas y que es sino un dato contaminado, repetido durante 57 años.
A Jackie Robinson lo pusieron en un hotel para negros, porque era negro y los Dodgers no podían cambiar esa política, si bien la barrera racial estaba rota por su contrato desde 1945 con el Montreal y que hubiera jugado todo 1946 con este club, a La Habana fue formando parte de los canadienses, no estaba en la nómina del club de Liga Grande, es decir, tuvieron que hacerlo para no crear problemas con el equipo mayor que, por supuesto, ni era igual que el Montreal ni el intermedista había debutado aún en franela blanquiazul. Ni la sociedad estaba integrada.
La irresponsable falta de sentido común del que sigue al embustero es capaz de facturar cronistas que, porque no entienden ni procesan la información, desmerecen que se les continúe leyendo y hablo de grupos no cubanos, aunque, por lo que se ve, simpatizantes con la tiranía.
Desde que debutó, iniciaron la cacería de Yasiel Puig, todo lo que ha hecho “es pecado”, guerra declarada y tan evidente que no han podido esconderlo, me recuerda a Canseco ¿Detrás? El precedente en el club y su irresponsabilidad ante tareas obligadas; más otra de igual peso que se ve y no se oye: el outfielder cubano está creando una línea divisora en las Dodgers, “de aquí para acá yo, que juego a matarme y, como mi comportamiento producto de la ninguna educación del castrismo deformador, también traje lo que queda del alma nacional cubana para el juego: la pasión, las ganas…pecado capital para tiempos corruptos, pero, sobre todo, para un club que no puede ganar, porque no hay corazón ni entrega de parte de sus jugadores, doncellas de la agencia libre que se cuidan para robarse el dinero en actitud que no produce victorias, reverso del antillano.
Ultus Álvarez fue un outfielder derecho de mucho brazo, de mucho poder, que jugó en Cuba con el Cienfuegos y los Cubans; pelotero “medio alocado” de reacciones raras, llegó al extremo, durante el entrenamiento de los Azucareros de Bobby Maduro para la temporada de 1958 en Morón, de destruir la cerca del estadio de la ciudad con su automóvil, porque “no encontró espacio para parquear”. La oficina lo envió a una liga de clasificación inferior AA, si mal no recuerdo a la Asociación del Sur.
Carlos Paula (FOTO), tuvo clase para quedarse en Grandes Ligas, bateaba bien y aunque su brazo no era un mortero, tampoco era manco, en 1955 fue el primer pelotero negro que debutara con los Senadores de Washington; en el champion perteneció al Almendares, pero era un borracho, que le costó la permanencia en Grandes Ligas por actos más que indisciplinados delincuentes: el propio año del debut, temporada aceptable para el recluta, fue enviado a las Menores por la facilidad como confrontaba y violaba la ley interior.
Durante la campaña de 1959, la gerencia de los Sugar Kings lo suspendió porque, sin justificación, perdió un vuelo de traslado del club, además de otros actos inaceptables.
Willy Miranda no se mantuvo más tiempo con los Yankees porque no era capaz de poner orden en sus finanzas: cuando llégo a los Mulos pagó bien y dos meses adicionales, después comenzó a pedirle adelantos a la oficina y a retrasar las obligaciones…
Lo que he querido decir es que, a muchos efectos, son iguales los de ayer y los de hoy, salvo pocos de ambos casos: los primeros (década de los 60’s), vinieron porque estaban contratados; hoy, buscando un contrato: los pioneros van a La Habana, como nadie se acuerda de ellos ni en sus barrios, pues no los promocionan, al revés de Abreu, Céspedes y compañía, que los conoce todo el mundo, entonces MLB decide usarlos como propaganda anticubana procastrista.
Jugadores como Borrego Álvarez no fueron capaces de recontar la Pequeña Serie Mundial de 1959, porque, “figúrate, se me jode el viaje a Cuba…”
Otros han saboreado, como cualquier vulgar viejo “h de p” español o canadiense, a menores de edad en el barrio de Cayo Hueso.
Viéndolo bien, a la hora de ajustar responsabilidades, a “los pioneros históricos del beisbol de la comunidad”, salvo excepciones como Guineo Zardón o Fernández Tápanes, nadie sabe qué se debiera hacer con ellos, porque, si a los de hoy “les arrancaríamos las cabezas si pudiéramos…”
Y conté poco de muy pocos, pero las “anécdotas” son de hemorrágia y la cantidad mucho más que generosa de tipos que no son diferentes a “los nuevos pinos”, es más, por muchas cosas han sido peores.

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