El caso de Jeter

La gran mayoría de peloteros buscan récords, marcas, historia, pero en el caso de Derek Jeter es lo contrario, la gloria como que lo busca, lo persigue. Parece como si el destino lo eligió para ser un grande y así él no lo quiera, está destinado para ello. 

El sábado ante los Rayas de Tampa Bay, necesitaba solo dos hits para convertirse en el pelotero número 28 en la historia con al menos 3 mil imparables y el primero en la exitosa franquicia de los Yanquis de Nueva York. Disparó cinco, el tres mil fue un jonrón y el quinto de la tarde, sirvió para darle la victoria a los mulos, 5-4. "Ni en un libreto de Hollywood se consigue algo como esto", dijo oportunamente Michael Kay, el narrador de la cadena YES, la cual transmite los juegos de los Yanquis. 

Pero Jeter no necesitaba llegar a tres mil hits para meterse entre los grandes de la historia. Su constancia como pelotero, como profesional dentro y fuera de la cancha y su integridad como el capitán de los Bombarderos del Bronx, ya lo tenían catalogado como un pelotero único, como si fuera de otra época. La pregunta es ¿cuál época? 

Se encuentra en su temporada 17, su promedio vitalicio es de .313, es el campocorto con más hits en la historia de las Grandes Ligas, tiene 12 Juegos de Estrellas, 5 Guantes de Oro y 4 Bates de Plata. Y si todavía le parece poco, también cuenta con 5 anillos de Series Mundiales. 

Pudiéramos hablar de números todo el día, pero seamos honestos, no necesitamos revisar las estadísticas para darnos cuenta que hemos estado ante un grande. Jeter ha tenido esa gracia, esa calidad que no encontramos en los box scores. Ojo, no es el único, ahí está nuestro Omar Vizquel (sin ánimos de hacer comparaciones), quien hasta ponchándose muestra clase. 

Es que este tipo de jugadores son aquellos que nos hacen ver el beisbol, que hacen de este deporte algo tan especial, tan "atrapante". Aunque quizá lo más intrigante, es que lo hacen todo de una forma que parezca sencillo, fácil. 

Este año irónicamente, no ha sido el mejor estadísticamente hablando para Jeter. Su promedio ha estado entre .260 y .270, además, a sus 37 años, el alcance en el campocorto no es el mismo que hace varias temporadas. Es sencillo criticarlo por lo que no ha hecho, pero repito, no se trata de encasillarse en los números. 

Quedar campeones no implica ni garantiza, que eso es lo que recordarán los fanáticos en el futuro. De hecho ya hay mucha gente que se le olvidó que San Francisco quedó campeón el año pasado, pero ¿a quién se le podrá olvidar tardes como la del sábado? Allí está el detalle como decía el gran Cantinflas. 

Los peloteros sueñan con el Salón de la Fama, es la meta máxima, pero volvemos al comienzo, el caso de Jeter es al revés, pareciera que es Cooperstown que lo espera, que no ve la hora de inmortalizarlo. 





AUTOR:  

José Manuel Fernandez

jfernandez@eluniversal.com 

Periodista egresado de la Universidad Santa María, mención impreso, en 2005. Desde febrero de 2008 formo parte de deportes, del Diario El Universal. Anteriormente, me desempeñé como jefe de prensa de Tiburones de La Guaira en el beisbol, luego hice lo mismo en Guaros de Lara (baloncesto) y otras áreas como la Liga Mundial de Voleibol. Me dicen "Monstruo" a raíz de una conversación con el técnico argentino, Néstor "Che" García (versión corta). La vida es una gran sonrisa.